martes, 27 de septiembre de 2011

Diferentes épocas del río Guaire

COJO ILUSTRADO 15 DE AGOSTO DE 1892 Nº 16
Pag 255.
RIO GUAIRE"
Ha sido herencia poética la de cantar de los ríos y hasta personificarlos y hacerlos pensar y hablar (Vid, Homero etc... etc...) Del Guaire se han hecho muchas coplas y hasta odas encomiásticas, desde Oviedo hasta Maitín, sin que le haya faltado su crítico en prosa; tal nuestro Sales Pérez que entonó prosa melódica en loor del Caroata, fustigando indirectamente al Guaire y con razón, pues a pesar de los vates el tal río no tiene rival en cuanto a pobres aguas y rico en suciedades de todo género. " Al pie de la fotografía dice: Caracas-Vista del Guaire- Tomada dentro del Río.

El Poético río que ciñe con cintura de plata la parte sur de Caracas, ofrece hermosas y variadas perspectivas en la dilactada extensión que recorre. Una de esas perspectivas ocupa la página 247 del número de hoy . Colo Ilustrado 15 de marzo de 1897
Al Sur de la Ciudad 






jueves, 15 de septiembre de 2011

EL BAÑO Y LA COSTUMBRE CARAQUEÑA

EL BAÑO Y LA COSTUMBRE CARAQUEÑA:

A medida que evolucionaron los tiempos el caraqueño gustó de bañarse: Por costumbre, por higiene, por necesidad y luego diversión. Primero lo hacia en el Río, el más celebre fue el que se impuso en Carnavales, en tiempos remotos del Gobernador Cañas y Merino. Al río le siguió el baño en ponchera con agua deshelada al sol; el que tocaba “todos los sábados” ..Según el dicho popular.

El Portachuelo, lugar concurrido por los parranderos caraqueños, se puso de moda en la época del Presidente Castro la frase “ni cobro andino ni pago caraqueño” ya que eran frecuentes los lances personales “hombre a hombre” los caraqueños peleaban a cabezazo limpio- lavar la cabeza ensangrentada en “la cascada” del portachuelo entre Roca Tarpeya al pie del cerro el paraíso era lo frecuente.

El Baño costaba medio o real los Domingos y Feriados, donde era frecuentado por guapos y juerguistas, encargado de hacerlo famoso. Los últimos baños al aire libre funcionaron en la laguna del paraíso y en los Caobos hasta que se instaló el último sitio de horno crematorio en San Agustín del Sur.
La innovación en materia de Baños Públicos la introdujo en Caracas un empresario de nombre Soucy, la Primera estación de descanso fue construida en Caño Amarillo, costaban 3 Bs. se consideraban muy indicadas para quitar “el ratón” pero también para los dolores musculares y artritis. Los segundos fueron construidos en Chacaito, llamado de Sabana Grande a Soucy, el nuevo dueño era Braulio Otanz, en el mismo punto funcionó después el Restaurante Bar “EL TOBOZO” que la chispa popular llamaba EL TUBAZO por lo caro que eran los consumos

Los últimos baños al aire libre funcionaron en la laguna del paraíso y en los Caobos hasta que se instaló el último sitio de horno crematorio en San Agustín del Sur.




FUENTE:https://www.facebook.com/pages/CARACAS-en-Retrospectiva/19122052210 / http://mariafsigillo.blogspot.com/
Revista Elite. Pág. 62-63
Caracas julio de 1967 - Edición Aniversaria al Cuátricentenario de Caracas
Por Pedro Hernández Camacho.
@msigillo

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Hemos defendido el Ávila?

Entre mis recientes lecturas he conseguido un artículo del cronista de Caracas Don Enrique Bernardo Núñez, el cual, considero que a pesar de las circunstancia, se mantiene vigente.

El Ávila siempre será el Ávila, es necesario que conozcamos sus orígenes, leyendas y todo lo que gira entorno a nuestra Montaña, pero de allí a cambiarle el nombre por el solo capricho gubernamental o tratar de borra la historia es inútil, como si la historia y el tiempo mismo no procurase inevitablemente dar nombre a las cosas, más tratándose del corazón de la Ciudad.

Vemos como el Presidente de la República Mediante el decreto Nº 7.388 concede oficialmente el nombre del Parque Nacional Waraira Repano a la extensión que comprende al Parque Nacional El Ávila, en fecha viernes 07 de mayo de 2010, a aquél que desde 1958 fue llamado oficialmente como todos le decían…“ El Ávila”. Asimismo en diciembre de 2010 el ministro del Ambiente, Alejandro Hitcher había hecho el siguiente anunció: “la línea de cota de los límites del parque en las faldas del cerro –en su fachada Norte– será elevada de su valor actual más bajo de 120 metros hasta un límite mayor que podría de 400 metros. El ministro indicó que la modificación se hará solo en el estado Vargas en el tramo comprendido entre los ríos Tacagua y Naiguatá, es decir, desde el municipio Urimare (sector Ezequiel Zamora, aledaño al Aeropuerto de Maiquetía) hasta el municipio Naiguatá”.

Es por ello, que comparto con ustedes lo escrito hace más de 50 años por Don Enrique Bernardo Núñez, convencida de que el caraqueño de hoy y de mañana siga recibiendo a través del Ávila la energía suficiente para defender, soñar y trabajar por una mejor ciudad.

Defensa del Ávila

La época que cambia su nombre indígena por el castellano es un gran momento en la historia de la montaña. El momento en que la Ciudad nace a sus pies. El drama humano comienza a desarrollarse. La Ciudad se apropia de la montaña. Sus picos más altos serán en lo sucesivo la Silla de Caracas. Se le debe a Gabriel del Ávila, uno de los fundadores. Tenía veinticuatro años el conquistador, representante de una vieja raza guerrera. Del lado de Petare. Hacía Guarenas, la montaña toma otros nombres. Se les llama La Rosa, Padrón, Ayala, Duarte, según los dueños de haciendas o estancias en sus laderas. Se le llama cerro del Cachimbo. También se le llamó Monte de la Independencia, pero sólo el Ávila parece haberse identificado con la montaña. Así hay la Rosa del Ávila, como hay la noche del Ávila. No la noche de su pasado geológico, sino la noche cubierta de luciérnagas, la de las galaxias o nubes estelares en las noches serenas, junto al Ávila.

Los siglos que forman apenas momentos en la historia del Ávila. Épocas de las minas, época del trigo, del cacao, del cafetero y el añil. Época del petróleo, del urbanismo acelerado. En ninguna de estas épocas ha dejado de influir en su espíritu, en su pensamiento. Son muchos los que hablan del Ávila, pero lo hacen de lejos. Pocos se acercan a él. Para comprender el Ávila hay que trepar por sus caminos y veredas. Hay que respirar su aire, y contemplar el mar y la ciudad desde las alturas. Hay que acercarse a las cuerdas de cristal de sus torrentes.

Desde la pica que conduce al interior de “Los Venados” a Galipán, Caracas, trae a la mente las ciudades que veían en su sueño los conquistadores. La vasta ciudad aparece metida en su valle. Las expediciones Del Dorado dieron contingentes de población a la recién fundada Santiago. Dentro de poco el Ávila, a semejanza de otras montañas del mundo tendrá un funicular (Inaugurado el 29 de septiembre de 1955 y puesto en servicio el 19 de abril de 1956). Ya no serán necesarios los laboriosos preparativos de las expediciones de Humboldt, Boussingnault o Cajigal. En pocos minutos el teleférico depositará las multitudes dominicales en la cima del Ávila. Muchos se preguntarán sino sufrirá menoscabo la grandeza o majestad de la montaña. Si esas multitudes no provocarán mayores estragos o devastaciones que los incendios que lo han desolado. Sin embargo, la irrupción ciudadana por tremenda y competida que sea, nada podrá contra la soledad del Ávila. La soledad del Ávila es invulnerable. La defensa de Ávila está en su soledad.


Fuente:
Enrique Bernardo Núñez
1950-1952
Figuras y Estampas de la Antigua Caracas.







 


martes, 13 de septiembre de 2011

El Club Venezuela

Una de las cosas interesantes que me ha ocurrido con los grupos Caracas en Retrospectiva, ha sido la gran cantidad de artículos, fotografías y relatos que usuario me hacen llegar, muchos me escriben diciendo: "Le remito estas fotos que forman parte de la familia" ; -"mi mamá buscó un baúl que tiene y les mandó  éste  artículos de prensa"...uno de ellos, es el  referido al Club Venezuela, el cual gustosamente he transcrito para compartirlo con la familia retrospectiva.
 
El Club Venezuela

“Allí se reunían muchos políticos y hombres de negocios y también los jóvenes caraqueños en busca de alguna diversión, pues para la época la ciudad ofrecía muy pocos sitios a donde ir. Las fiestas de Carnaval que allí se hacían eran las mejores y las más rumbosas de Caracas…”

El Dr. Enrique Pérez Matos- noventa años y una lucidez mental comparable a la de un hombre de cuarenta- habla con vivacidad y busca afanosamente en medio de las viejas cajas fuertes- de esas que aparecen en la películas de vaqueros- y añosos documentos de su oficina, situada de Gradillas a Sociedad.

“La Ciudad era muy tranquila y los jóvenes teníamos muy pocas cosas que hacer durante las noches. Fue así que a comienzo de siglo (1900), mejor aún a finales del Siglo pasado se decidió transformar el viejo Club Concordia en Club Venezuela y aquello se convirtió en el obligado punto de reunión de caraqueños importantes, hombres de negocios, políticos y jóvenes que iban a conversar, a jugar o hablar simplemente…”

Los recuerdos del Dr. Pérez Matos se pierden entre fechas, anécdotas, ferrocarril de Antímano - “cuando estábamos de vacaciones en Antímano y veníamos a la ciudad, almorzábamos en el Club y a las cinco tomábamos en Caño Amarillo el tren que nos llevaría de vuelta a casa”- Castro, banqueros y nombres de caraqueños que fueron miembros prominentes del Club: el Dr. Félix Martínez Espino, Carlos Siso, Antonio Alamo Ibarra. Casiano Santana, Gil Fortoul, etc.

Don Enrique – su amable bondad y gentileza nos obliga a cambiar el seco doctor por un respetuoso Don-, refiere al tiempo que nos muestra viejos documentos, como en abril de 1890 el General Manuel Antonio Matos adquirió de los herederos del Marqués de Mijares una casa situada entre las esquinas de San Mauricio (hoy Santa Capilla) y Mijares y que tenía por vecinos a las propiedades de Hilarión Antich, Carlos Siso y un señor Pérez Melo. Allí se fundó, años más tarde, el Club Venezuela y allí tuvo épocas de esplendor y épocas de abandono y crisis en una oportunidad, el General Matos dejó a la voluntad de la Directiva del Club fijar el monto de alquiler, pues estaban en graves aprietos y no tenían como pagar. Hasta que, como un aristócrata arruinado y ya muy venido a menos, el Club abandonó su sede de Mijares para buscar refugio en San Bernardino y finalmente en la Avenida los Manolos de la Urbanización Las Palmas, donde solo conserva de su antiguo esplendor una vieja y deslustrada placa que lo identifica.

Toda una juventud dorada, que en una u otra forma tuvo ingerencia en los destinos de Venezuela, pasó por sus salones y amó en sus jardines. Presidentes y gobernadores al cubierto de una pretendida partida de póker tomaron graves decisiones en conciliábulo que a veces tuvieron sangriento final y muchos de los que allí reían un día saboreando exquisitos platos elaborados por expertos cocineros franceses, gemían un mes más tarde en las celdas de la Rotunda.

La calesa y el Landau hacían las veces del Alfa Romeo y el Cadillac de los bulliciosos clubes de hoy en día y el encaje y la crinolina ocultaban de verdad lo que hoy encubren a medias los “hotponts” y las minifaldas.

Gil Fortoul- que era muy peleón- varias veces desafió a duelo y en algunas ocasiones hasta disparó contra miembros del club y en una oportunidad un caballero colombiano, cuyo nombre no pudimos averiguar, se batió por una dama caraqueña, cuyo nombre no mencionaremos. Su honor- de la dama- fue puesto en entredicho en torno a una sobremesa abundantemente rociada de champagne.

Caracas tenía 60 mil habitantes.

Fuente:
Pedro Espinoza Troconis
Los rostros de la Ciudad
Revista Kena
19 de agosto de 1971

Esquina de San Mauricio
hoy Santa Capilla 1920

Artículo transcrito para Caracas en Retrospectiva
cortesía de mi amiga
Santa Colmenares

Alguna calle de Caracas





domingo, 11 de septiembre de 2011

escalinatas del Calvario 1896

Algunas imagenes y comentarios que considero de gran aporte para la memoria de nuestra  ciudad, que son agregados por nuestros usuarios en los grupos de  Caracas en Retrospectiva en Facebook, con ello trato de aglutinar la mayor cantidad de imagenes y comentarios posibles para que sean conservados en el tiempo... quizás dentro de algunos años sirva a nuestros descendientes ..



Escalinatas de El Calvario y parte de El Silencio, año 1896. Fotografia de E. Schael en El Cojo Ilustrado agregada por CaLachica Ca Lachica

Comentan :
Romulo Rodriguez Vivas: Quedaba muy cerca de la iglesia de El Recreo, un poco al Este, entre la actual Calle Los Apamates y la Avenida Los Manguitos, casi que colindaba con la actual placita de Las Delicias. Los límites de norte a sur serían la calle La Línea (actual avenida Libertador) y la actual avenida Solano.

Abraham Quintero : La Iglesia de la Inmaculada Concepción y San José de El Recreo fue dotada y enriquecida por los caraqueños que pasaban los domingos en las carreras de caballos. Hay un cuadro de Arturo Michelena (gran hípico) donde se ve un jinete montando un pura sangre más o menos en la esquina de los Apamates y Solano. Con el traslado del hipódromo a El Paraiso se comenzaron a urbanizar los terrenos hacia el este.