viernes, 28 de octubre de 2011

EL PARQUE LOS CAOBOS

 EL PARQUE  LOS CAOBOS     
              
El parque “Los Caobos” primero fue hacienda de cacao. En 1810 era una hacienda cacaotera administrada por unos franceses que la abandonaron posteriormente. Dos años más tarde, las tropas realistas pasaron a ocupar la plantación siendo su dueño Gerardo Patrullo, quien realizó algunos cambios e incluso izó en el centro de la hacienda la bandera de España. Luego, cuando se libró la batalla de Carabobo, Patrullo huyó, y los familiares de Ambrosio Plaza, quien murió en batalla, pasaron a ser los propietarios por orden del entonces Presidente, José Antonio Páez.

Para 1865 estaba en ruinas esa hacienda y es así que vendieron el terreno por diez mil pesos a los hermanos Bernardino y José Antonio Mosquera y la convertirán en hacienda de café y para la conveniente sombra protectora los nuevos dueños se encargaron de sembrar caobos traídos de Santo Domingo.

Al morir los propietarios, sus herederos decidieron vender el terreno a un consorcio extranjero para hacer allí una urbanización; sin embargo, en 1925, el general Juan Vicente Gómez para evitar que fueran talados sus árboles, expropió la hacienda por cuatrocientos mil bolívares y la transformó en “Parque Sucre”, en homenaje al Gran Mariscal Antonio José de Sucre, el recordado y ejemplar Mariscal de Ayacucho.

En 1943 bajo la Presidencia del general Isaías Medina Angarita, es donado por la nación a la Municipalidad del Distrito Federal. En esa época el Parque abarcaba más de veinte hectáreas. Actualmente son 17,62, donde  están sembrado más de cuatro mil árboles.







DE LA CARACAS DE ANTAÑO

DE LA CARACAS DE ANTAÑO


La calle de Pedrera a Marcos Parra se llamó Nuestra Señora de la Cantera. Nuestra Señora de la Sabiduría se llamó la calle donde estuvo el colegio de Las Monjas. Bolsa a San Francisco se llamó calle del Testamento. Santa Teresa a Cipreses, Nuestra Señora de los Cipreses. La esquina de la Palma: Nuestra Señora de la Palma. La calle de Padre Sierra a Muñoz se llamó calle de la Divina Aurora (en esa calle vivían, en 1759, los padres de Francisco de Miranda). San Francisco a Traposos se llamó Nuestra Señora de la Chinquinquirá.

En el año de 1759 Caracas tenía cuatro parroquias. 15 calles corrían en dirección norte a sur, y 15 este-oeste. La numeración de las calles era una sola de la I Norte-Sur hasta la última Oeste-Este. A la calle de la Santísima Trinidad le correspondía el número VII. La calle de Torre a Gradillas se llamó calle de Nuestra Señora de Venezuela. La calle XXII se llamó de la Agonía y va desde Catia hasta el puente de Ña Romualda en Candelaria. De Torre a Principal se encontraba la cuadra de Nuestra Señora de Caracas.



De La Pastora hasta San Pablo era la calle de la Encarnación del Hijo de Dios. Al cerro del Calvario en la cuadra de Nuestra Señora de Valvanera, estaba la cañada de las Ovejas. Nuestra Señora del Rescate se encontraba donde está el callejón de la Merced. La calle que va de Camejo hacia San Felipe Neri se llamó Nuestra Señora de Covadonga. El Hoyo Vicioso (esquina del Hoyo) era un sitio solitario y sin cerca, con vastos escondrijos que servían de refugio a los delincuentes, allí existió el cuartel de Milicias Urbanas.



Hubo una calle que se llamó Triunfo de Jerusalén (donde estaba la fuentecilla de San Lázaro cerca del sitio donde hoy se encuentra el Nuevo Circo). Otra, el Prendimiento de Cristo, y otra Cristo Crucificado (XX). Después de los Abanicos (esquina del Abanico) estaba Torre de Boca Fuerte. Cruzando la calle del Desierto y La Transfiguración, estaba la fuentecilla de Punceles en la calle de la Sangre de Cristo. La calle de Alayón estuvo situada en la calle IV. Esta arrancaba del puente de San Pablo hasta la esquina de Malvasía en la Divina Pastora. En esa misma calle se encontraba la cuadra del primitivo Calvario, establecido por Fray Juan Cataneo Bohórquez, obispo de Caracas de 1611 a 1618. Allí se hallaba también la calle de las Peláez (Llaguno a Cuartel Viejo).



En el cruce de las calles V y XXV (De la Adoración de los Santos Reyes y de la Muerte y Calvario) existió la esquina del Agua, donde se pregonaban los bandos durante la rebelión contra la Compañía Guipuzcoana. Esa calle se llama hoy Mercaderes. Ese nombre lo adquiere porque era en ella donde se concentraba el comercio de la ciudad. En la calle del Desprendimiento se halla la esquina del Padre Sierra o de Nuestra Señora de Sierra.



En la calle III (Circuncisión y Bautismo) estaban las cuadras de Nuestra Señora de los Ángeles, el Dulce Nombre de Jesús, Nuestra Señora de la Gracia, la del Marqués de Mijares y Nuestra Señora de la Visitación. La de la Anunciación (Matrices a San Jacinto). Desde La Pastora hasta el convento de la Merced y las Carmelitas, se encontraba el barrio del Teque, cruzando la quebrada del mismo nombre y de las Tinajitas. Una esquina de este barrio se llamó El Muerto del Teque. En la sabana de la Trinidad comenzaron a delinearse las calles en 1797, y en el cerro del Calvario se levantó la ermita de Jesús Nazareno y de Nuestra Señora de Valvanera.

(Fuentes utilizadas, en la nota acerca “de la Caracas de antaño”: Enrique Bernardo Núñez (La ciudad de los techos rojos), y Carmen Clemente Travieso (Las esquinas de Caracas).





viernes, 21 de octubre de 2011

Plaza de la República ( El Paraiso)


El Paraiso hacia 1940
Plaza la República


La Estatua del General  José Antonio Páez  fue inaugurada por el Presidente Castro el 23 de mayo de 1905 en la Plaza la República . Don Eduardo Blanco para aquella època Ministro de Instrucción pronunció el discurso de orden. La estatua fue construida por Pérez Mujica quién obtuvo el premio del concurso promovido por el Gobierno Nacional en 1903.


lunes, 10 de octubre de 2011

ESQUINA CERVECERIA

Esta esquina es bastante reciente, pero no por eso deja de presentar problemas, ya que en realidad son tres de una misma manzana a las que puede aplicarse el nombre. La primera, la original, es la situada en la Avenida Este, al comienzo del paseo Rubén Dario ( entrada de la Urbanización San Bernardino), ya que allí fue establecida la Cervecería Caracas a fines del Siglo pasado (XIX) ; el plano de 1890 la ubica, frente a los patios de los Tranvías "Bolívar", con el nombre de Cervecería Nacional . La expansión de la industria la hizo ocupar después toda la manzana, y aún más, de allí que las otras esquinas, situadas sobre la calle Este 2, fuesen también conocidas con el nombre de Cervecería. Sólo la del noreste recibió denominación diferente, al edificarse allí, hacía 1930, el Teatro Caracas.

No fue ésta, sin embargo, la primera cervecería que tuvo Caracas. Según Landaeta Rosales, Don Atanasio Lovera-Otáñez estableció a principios del siglo XIX, pero no indica su ubicación.

La Nomenclatura Caraqueña
Rafeal Valey
1978




sábado, 8 de octubre de 2011

``Fiestas de toros y cañas de la Caracas de ayer"

Si bien hoy día esta práctica causa polémica, comparto con ustedes la reseña que encontré en los archivos de El Nacional,  como referencia historica de la Ciudad.


"Caracas siempre tuvo noble solera taurina El Ávila acunó a la Fiesta Brava en nuestro medio, donde ejerciendo la táurica crítica reiteradamente destacaron colegas que a través del tiempo dejaron huella de su paso en páginas de diarios y revistas especializadas, se hace notorio el escaso número de periodistas y escritores que vieran debidamente estimada su actividad y desvelo con relación a la plausible búsqueda, cuidadosa y metódica, destinada a cumplir función recopiladora, dirigida a desentrañar el pasado con vocación de historiadores. Por eso se acrecienta el mérito de Antonio Landaeta Rosales, quien, al parecer, deplorablemente dejó inédita su obra que titularía Los Toros en Caracas; no apreciamos debidamente a Guillermo Meneses, que en función de Cronista de la Ciudad se interesó por el taurino tema, ni a Héctor Parra Márquez, que lo trata en su libro Sitios, sucesos y personajes caraqueños. En parecidas circunstancias quedó Enrique Bernardo Núñez, compatriota ejemplarizante por su preocupación ciudadana, y como ellos Carlos Salas, cuya obra divulgativa de hechos y sucedidos no sólo se refiere a toros y toreros, sino al teatro, la música, y otras disciplinas que con él contaron hasta el luctuoso día de su desaparición física. Hemos mencionado sólo algunos de los que escribieron para dejarnos, como valiosa herencia, su inapreciable trabajo, orientador y útil, sin medida ni cese en el tiempo. HACE CUATRO SIGLOS TOROS POR SANTIAGO Gracias a tan estudiosos compatriotas podemos aseverar que una vez establecido el Gobierno de Caracas se realizaron las ``fiestas de toros y cañas'' con notable frecuencia en la recién fundada ciudad, como consta en Actas del Cabildo caraqueño que datan, según el Cronista Guillermo Meneses, desde enero de 1573, ``cuando Caracas tenía seis años de edad''. Y el inolvidable Carlos Salas en su libro Los Toros en Venezuela, -obra indispensable en toda biblioteca taurina nacional-, agrega que en la Ciudad de Santiago de León de Caracas eran imprescindibles estas fiestas en todo acto de conmemoración religiosa, o de otra índole, siendo nombrados por el señor gobernador los capitanes que habrían de organizar dichos festejos, señalando entre las principales y de mayor significación las de Santiago Apóstol, San Mauricio, San Sebastián y San Jorge, abogado de la ciudad desde el l3 de junio de 1594. CELEBRARON CORRIDAS EN PLAZA CAPITALINA Ya el 5 de octubre de 1755, según nos ilustra el referido autor, al tratar el mismo tema en La Fiesta Brava en Caracas, editada por el Concejo Municipal del Distrito Federal con el subtítulo de Cuatro Siglos de Historia, fue expedida por el Buen Retiro la Real Cédula que autorizaba las corridas de toros, para que su producto fuera destinado a la reconstrucción del reloj principal, y que fueron celebradas en la plaza de San Jacinto. Años después, el 7 de septiembre de 1770 -informa la misma fuente- se reunieron en Cabildo los honorables caballeros Diego José Monasterios, Francisco de Ponte y Mijares, Martín Pérez, licenciado Diego Ovelmejía, José Galindo, José Rafael Tovar, Juan Félix Lira y Manuel Clemente y Francia. Expusieron al señor gobernador estar en posesión de Real Cédula que los autorizaba a pedir licencia para la celebración de corridas de toros en la ciudad, cuyo arbitrio sería destinado a la reconstrucción del Palacio de Gobierno y sus oficinas, hasta perfeccionarlo. Diríamos que eran hombres con vocación de servicio público, preocupados por su ciudad, y así se les recuerda todavía. Quiera Dios que la Historia pueda decir lo mismo de nuestros munícipes contemporáneos con responsabilidad de salvaguardar cuanto atañe a Caracas y su tradición. CAPI-COPLA: Díjole la altiva palma/ al Guaire capitalino:/ Mi sino es de altura y calma;/ raudo y largo tu destino."


15 de junio de 1977


2/02 Es inaugurado el Gran Circo Metropolitano, situado entre las esquinas de Miranda y Puerto Escondido, obra promovida por el empresario Pedro Salas Camacho y proyectada por el arquitecto Antonio Malaussena. El edificio, construido en madera sobre una estructura de hierro, posee un ruedo de 36 metros de diámetro y tiene capacidad para 4.000 espectadores en tendidos, palcos y pasillo; es la principal plaza de toros de la ciudad hasta que, veinte años más tarde, es construido el Nuevo Circo de Caracas (SALAS, 1978: 39; ZAWISZA, 1986: 44)





La Esquina de Jai Alai y el Sueño Caraqueño

El maestro Billos en una de sus amadas canciones escritas sobre la ciudad, habla del Frontón de Jai Alai, veamos un poco de la historia  del sueño caraqueño ...

La Esquina de Jai Alai

"Se dio nombre de Jai Alai al primer frontón cubierto que hubo en San Sebastián, España, y con este nombre se conoció por algún tiempo la esquina donde se encuentra la Escuela Experimental Venezuela, en la Av. México, por un frontón que allí hubo durante los años treinta, donde se practicaba la pelota vasca con carácter de espectáculo público y con apuestas. En el lugar luego se construyó después el edificio que ocuparon las oficinas de la Creole Petroleum Corporation desde 1944 hasta 1954, y más tarde las dependencias de la Dirección de Seguridad Nacional, hasta la caída del régimen de Pérez Jiménez, en 1958.

El frontón consta de dos paredes que forman ángulo recto, y con una elevación de doce a catorce metros. La del frente se llama frontis, y la del izquierdo ble, que está dividida en espacios de cuatro metros, numerados, con un mínimo de quince y un máximo de veinte. Una línea llamada escás separa la buena de la falta, que corresponde a las jugadas que no llenan los requisitos del juego. Del lado derecho se encuentran las graderías para los espectadores, protegidos por una malla.

En Caracas se jugaba la modalidad de las quinielas, a cinco tantos, en que diez jugadores competían, con carácter eliminatorio, en cinco partidos. Las apuestas se hacían de modo semejante a las carreras de caballo, a ganador y colocado.

Entre mis recientes lecturas he conseguido un artículo del cronista de Caracas Don Enrique Bernardo Núñez, el cual, considero que a pesar de las circunstancia, se mantiene vigente.

El Ávila siempre será el Ávila, es necesario que conozcamos sus orígenes, leyendas y todo lo que gira entorno a nuestra Montaña, pero de allí a cambiarle el nombre por el solo capricho gubernamental o tratar de borra la historia es inútil, como si la historia y el tiempo mismo no procurase inevitablemente dar nombre a las cosas, más tratándose del corazón de la Ciudad."
           Fronton Jai Alai de Caracas, 1932. Foto del pelotari

UNA EXPLICACIÓN HISTÓRICA A LOS VERSOS DE “SUEÑO CARAQUEÑO” DEL MAESTRO BILLO FROMETA

“SUEÑO CARAQUEÑO”. EVOCACIÓN DE LA CARACAS DE AYER

“Han cambiado mi Caracas compañero
Poco a poco se me ha ido mi ciudad
La han llenado de bonitos rascacielo
Y sus lindos techos rojos ya no están
Loa pasteles del Tricás después de misa

El Pampán de Gradillas a Sociedad
Los vermuts los domingos por la tarde
Donde toda la cuerdita iva a bailar
Se acabó la media lisa de Doncella
Jaime Vivas y el Trianón se fueron ya
Ni la India ni la Francia y la Atarraya
Perecito en Palo Grande ya no está
Ya no queda ni eo Roof Garden ni la Suiza
El frontón de Jai a lay no existe ya
Las muchachas ya no van por La Planicie
Y a Los Chorros casi casi nadie va... “

"SUEÑO CARAQUEÑO"

Es un bolero cuya letra y música le pertenecen al desaparecido maestro Billo Frómeta. Fue inicialmente grabado en 1964 por Memo Morales en un disco de 45 RPM (Extended Play Fongrama serial BEP-1008-A1) cuyo respaldo es el porro “M ICAELA”, cantado por Cheo García. Es un bolero tipo descriptivo, donde el maestro evoca con mucha nostalgia la Caracas que él conoció durante los años 40, 50 y parte de los 60, cuando expresa al iniciar la letra de la canción la siguiente estrofa:”Han cambiado mi Caracas compañeros/ Poco a poco se me ha ido mi ciudad/ La han llenado de bonitos rascacielos/ Y sus lindos techos rojos ya no están”. Luego comienza a nombrar algunos sitios que él frecuentaba y que eran básicamente lugares de esparcimiento del caraqueño de la época. “Los pasteles del Tricás después de misa”. El Tricás era una panadería en el centro de Caracas, quedaba cerca de la Plaza Bolívar, donde se reunía la gente a tomar café y comer pasteles, era un sitio muy selecto, donde la gente se comía un pastelito y un café por real y medio, y ese era un precio muy caro para la época. Lo mismo era “El Pampán de Gradillas a Sociedad”, una especie de panadería y pastelería, donde la gente se reunía a oír música y comer cosas menudas, pero no se bailaba. “Los vermuths los domingos por la tarde/ Donde toda la cuerdita iba a bailar”; la orquesta Billo’s tocaba de martes a sábado desde las 10 de la noche hasta las 4 de la mañana, y los domingos tocaba desde la una de la tarde hasta las 6 PM. Esos bailes, eran llamados vermuths de los domingos y se efectuaban en algún salón de baile, como el Roof Garden, La Suiza, El Trocadero, El Lonchamps, El Sans Souci, etc. “Se acabó la media lisa de Donzcella”, la media lisa de Doncella, era medio vaso de cerveza a un costo de 0.25; era una cerveza no pasteurizada, de barril, de sifón con sabor fresco a cebada. Era riquísima, comentan quienes la disfrutaron. La cervecería de Donzella, era una institución cervecera en la Caracas de esa época. Iba mucha gente. Primero estuvo frente a la Plaza Bolívar en el edificio Washington, luego se mudó de Principal a Conde y por último a un sitio donde culminó su existencia , ubicada de Santa Capilla a Principal. “Jaime Vivas y El Trianón, se fueron ya”, eran restaurantes muy populares. Por cierto, el restauran de Jaime Vivas, todavía existe, queda en pleno corazón de Sabana Grande, en una transversal cerca de los cafés, entrando por la estación del metro de Plaza Venezuela. Yo tuve la oportunidad hace poco, de almorzar allí. Es un restaurant buenísimo, va mucha gente y los precios son muy solidarios. Se come típicamente venezolano.

“Ni la India, ni La Francia y La Atarraya”. La India quedaba de Gradillas a Sociedad, al lado del Palacio Arzobispal, en pleno centro. “La Francia” quedaba en la esquina de Los Monjes. Ambas eran heladerías donde al mismo tiempo servían licor. Se dice que los helados eran espectaculares. En La India, el gerente era Heliodoro Gonzáles P, y según testigos de la época, se comenta que fue allí donde este señor, inventó su famoso Ponche Crema que lo hizo millonario. “La Atarraya”, quedaba cerca de la Plaza San Jacinto. Era una bodega grande donde se expendía de todo. Allí vendían un famoso trago de aguardiente llamado “Batería de amargo de hierbas”, que era muy económico. Un vasito costaba un centavo (cinco centimos de bolivar) ó una locha (doce centimos y medio de bolivar). Allí concurrían muchos intelectuales y poetas pobres, que se resolvían con lo económico de la bebida; y se comenta, que mucha gente a consecuencia de esos tragos, enfermaron o murieron.

“Perecito en Palo Grande, ya no está”. Era el famoso “Bar de Perecito”. Quedaba en el sector Palo Grande en San Martín, fue también una arepera muy concurrida. Allí asesinaron a puñaladas al boxeador Oscar Calles. Ya no existe.

“Ya no queda ni el Roof Garden ni La Suiza”. El Roof Garden y La Suiza eran salas de baile. El Roof Garden quedaba en la terraza del Hotel Madrid, en la esquina de La Torre, frente a la Plaza Bolívar de Caracas. Allí, el 31 de agosto de 1940 se estrenó la Billo’s Caracas Boys. La Suiza quedaba en Caño Amarillo.

“El frontón de Jai Alai no existe ya”. Era un sitio visitado por muchos extranjeros que practicaban este extraño deporte para el caraqueño: JaiAlai. Se llenaba de curiosos por la novedad del juego. Quedaba donde funcionó la Creole Petroleum Corparation y luego funcionó allí la Seguridad Nacional en la avenida México.

“Las muchachas ya no van por La Planicie”. La Planicie era un sitio donde los jóvenes y niños iban a patinar. Quedaba en El Calvario.

“Y a Los Chorros casi casi nadie va”. Los Chorros era y sigue siendo un parque de recreación. Queda en el sector de su nombre. Hoy está muy bonito y remodelado y en días de fiesta, sábados y domingos, va mucha gente.

Esa es, de manera muy somera, la descripción de los sitios que se nombran en este precioso bolero. El maestro Billo, fue preparando la letra durante la conmemoración del Cuatricentenario de Caracas en 1966, cuyas celebraciones se extendieron hasta 1977, año en que terminó la letra y música y salió al mercado. La versión original grabada por Memo Morales junto a Cheo García, quien le hace una segunda voz; fue la más exitosa y escuchada. Mucho tiempo después, en 1985 apareció una versión cantada por el propio maestro Billo, en un LP titulado “Billo canta sus canciones”.


Fuente de Sueño Caraqueño.
Yovani Barragán Zambrano.
Fuente de La Esquina Jalai Alai : "La Nomenclatura Caraqueña"
de Rafael Valey.