En la década de los cincuenta del siglo XX, Caracas experimentó una radical transformación que dejó muy atrás los intentos del guzmancismo en el siglo XX. Viejas calles e inmuebles que sobrevivían desde la época colonial, cedieron el paso a monumentales avenidas y edificaciones. Por supuesto, el cambio tuvo por contexto el de una población predominantemente rural a otra urbana. Las migraciones se incrementaron desde el interior y exterior. Surgieron grandes sectores populares en la ciudad capital también afectados por el reemplazo progresivo del rancho a los grandes bloques de apartamentos (o apartamientos, como también se les decía).
Ya era otra la idiosincrasia de Caracas y, particularmente, la de los sectores populares. El cerro de La Charneca (llamada por Pablo Neruda la rosa gris) tuvo una extraordinaria representación de sus habitantes: Guillermo Rodríguez Blanco. Muy pocos lo conocen por este nombre, pues el artístico fue Julián Pacheco.
Comediante de sonoros éxitos, ampliamente conocido a partir de los cincuenta, Julián encarnó al muchachón promedio del barrio La Charneca por su peculiar lenguaje, extravagante vestimenta y el no menos llamativo modo de andar. De bigotes cortos y sombrero llanero, era fiel a una época en la que estuvo de moda tales bigotes y el sombrero una pieza natural para salir a la calle, hasta que – entre los ochenta y noventa – exhibió una imagen más actualizada.
Gozando de una inmensa popularidad, hoy insospechada por las nuevas generaciones, reflejó esa caraqueñidad tan sabrosa de la barriada. Hizo buena televisión, pero – definitivamente – la radio fue el medio más extendido, donde triunfó. Por muchos años mantuvo un programa radial con Chuchín Marcano que, al desaparecer éste físicamente, prosiguió (“Julián y Chuchín, dos vivianes de postín”).
El humor creador y cotidiano constituyó su principal herramienta incluso para la crítica social que jamás abandonó. Vale decir, la ingeniosa jocosidad que también lo hizo vocero de los más urgidos problemas sufridos por las barriadas que, bueno es recordarlo, no estaban consolidadas en un alto porcentaje). Agua, pavimentación, basura, electricidad, hampa o alguna epidemia, eran temas recurrentes. Claro está, el prototipo de adolescente o joven de mala conducta, no llegaba a los límites hoy conocidos del malandro o azote de barrio.
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Guillermo Rodríguez Blanco (Julián Pacheco). Momento, Caracas 1961
¿Quiénes le acompañan? |
Quizás su programa más recordado fue “Julián y Chuchín, dos vivianes de postín”, junto a Chuchín Marcano, espacio que se transmitió por Radio Continente, luego por Radio Caracas Radio y finalmente fue difundido por Radio Rumbos y por televisión nacional. El contenido del programa estaba basado en las diversas críticas políticas, sociales y económicas que se le hacían al gobierno de turno a través de parodias y chistes. Su popularidad, le valío una participación, en 1957, en el tema “Ya salió Julián Pacheco” de la Billo´s Caracas Boys.
Manolo Monterrey con la orquesta de Chucho Sanoja también le dedicaron un tema, en 1959, titulado “Julián Pacheco”.
El personaje de Julián Pacheco popularizó la frase “pero bueno, bueno bueno, sí”. Guillermo Rodríguez Blanco compartió escena con grandes figuras de la época, entre las que destacan Renny Ottolina.
Fueron muchas las frases que Julián Pacheco acuñó. Después de quejarse por algún problema, señalando ciertas responsabilidades, decía “!los agarró el computador!” (Una época en la que no existían las computadoras portátiles de ahora, por cierto). O “bueno, pero bueno, pero bueno ¡sí!”, con lo que también concluí el comentario crítico. Lo recordamos como animador de Sonrisas Colgate, con la orq. de Luís Alfonzo Larrain y Fiesta Fabulosa, con la Billo´s; fué allí precisamente donde nació su personaje “Julián Pacheco”, en un sketch llamado “Los Güere-güere”. Con su personaje participó en películas como “Dos Gallos en palenque” (1960), junto al mexicano Eulalio González “Piporro”.
Fallecido en marzo próximo pasado, permanecerá en el recuerdo de todos los que aman la ciudad, a su gente, sus costumbres y vicitudes.
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Foto de Guillermo Rodríguez Blanco (Julián Pacheco), en familia. Momento, Caracas, 1957 |
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La Charneca, imagen de Elite 1958 |