EL BAÑO Y LA COSTUMBRE:
A medida que evolucionaron los tiempos el caraqueño gustó de bañarse: Por costumbre, por higiene, por necesidad. Primero lo hacia en el Río, el más celebre fue el que se impuso en Carnavales, en tiempos remotos del Gobernador Cañas y Merino. Al río le siguió el baño en ponchera con agua deshelada al sol; el que tocaba “todos los sábados” ..Según el dicho popular.
Los Baños en Caracas
El Portachuelo, Lugar concurrido por los parranderos caraqueños, se puso de moda en la época del Presidente Castro la frase “ni cobro andino ni pago caraqueño” ya que eran frecuentes los lances personales “hombre a hombre” los caraqueños peleaban a cabezazo limpio- lavar la cabeza ensangrentada en “la cascada” del portachuelo entre Roca Tarpeya al pie del cerro el paraíso era lo frecuente.
El Baño costaba medio o real los Domingos y Feriados, donde era frecuentado por guapos y juerguistas, encargado de hacerlo famoso. Los últimos baños al aire libre funcionaron en la laguna del paraíso y en los Caobos hasta que se instaló el último sitio de horno crematorio en San Agustín del Sur.
La innovación en materia de Baños Públicos la introdujo en Caracas un empresario de nombre Soucy, la Primera estación de descanso fue construida en Caño Amarillo, costaban 3 Bs. se consideraban muy indicadas para quitar “el ratón” pero también para los dolores musculares y artritis. Los segundos fueron construidos en Chacaito, llamado de Sabana Grande a Soucy, el nuevo dueño era Braulio Otanz, en el mismo punto funcionó después el Restaurante Bar “EL TOBOZO” que la chispa popular llamaba EL TUBAZO por lo caro que eran los consumos
Los últimos baños al aire libre funcionaron en la laguna del paraíso y en los Caobos hasta que se instaló el último sitio de horno crematorio en San Agustín del Sur.
FUENTE: Revista Elite. Pág. 62-63
Caracas julio de 1967
Edición Aniversaria al Cuátricentenario de Caracas
Por Pedro Hernández Camacho.
Portachuelo |
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