jueves, 9 de junio de 2011

Ciudad desmemoriada

Para aquellos ciudadanos de a pié que no tenemos tendencia política y que  ejercemos a través del voto nuestro compromiso ciudadano, podemos observar con profunda tristeza la situación de caos que vive nuestro país. Por ello, haré especial referencia a la Ciudad que vivo, amo y padezco : Caracas.

El Primer ataque: Recuerdo que después de meses de controversia entre la Alcaldía de Caracas y la Universidad Central de Venezuela, la emblemática estatua de María Lionza, obra de nuestro insigne escultor Alejandro Colina, ubicada en la autopista Francisco Fajardo,  amaneció destruida. La ruptura se produjo a nivel del vientre de la heroína, así como el ataque dirigido a sus senos, desplomándose toda su parte superior, y  encontrándose desde entonces -por orden judicial- en la sede de la COPRED de la UCV (a Dios gracias) quién llevó a cabo satisfactoriamente su restauración.

Ese 06 de junio de 2004, sin ser experta en el área, demostró la importancia que daría el Gobierno de turno al patrimonio histórico cultural de nuestra nación. A partir de entonces, ha sido sistemático el plan orquestado de deterioro de nuestra Ciudad, y vemos como meses después, exactamente el 12 de de Octubre de 2004, día de la resistencia indígena, el centenario "Monumento a Colón en el Golfo Triste, fue pintado con consignas como "Colón-Busch", "Españoles racistas" y "Colón, genocida de las índias". En medio de diversos actos oficialistas,  se produjo el derribo de la figura del escultor venezolano Rafael de la Cova, seguidamente arrastrada hasta el Teatro Teresa Carreño, como obsequio al Presidente de la República Hugo Chávez, quién utilizando las instalaciones del Teatro. “dignificaba” con su volátil discurso a nuestros indígenas.

Cronológicamente llegaron las expropiaciones y  confiscaciones a inmuebles de gran riqueza patrimonial ubicados en el centro de Caracas, San Bernardino, La Candelaria, Altagracia, Santa Rosalía, y pare usted de contar. No existe un espacio de nuestra Caracas que no guarde alguna huella del pasado y que no haya sido ultrajado, bajo el auspicio oficial.

Reconozco, sin embargo,  que ingenuamente ha existido en mí esa cuota de optimismo con la recuperación del Parque El Calvario, La Urbanización El Silencio; Plaza Venezuela: Siempre creí necesaria la restauración del casco histórico, incluyendo la “casa de vínculo” que nunca formó parte del interés de pasados gobiernos, y que el actual   nos obligó a buscar los textos históricos, a releer páginas que estaban en el olvido:

¿Quién recordaba que María Lionza había sido ordenada por Pérez Jiménez para los Juegos Bolivarianos de 1951? ¿Quién conocía a Rafael de la Cova? ¿Lo significativo de la Nao Santa María y Roberto Burle Marx, en el Parque del Este?

Todos somos inevitablemente, responsables del deterioro y del olvido.

Caracas y su patrimonio cultural siempre han sido maltratados, con las excepciones del caso, nunca ha sido parte de la agenda gubernamental, ni objeto de campañas políticas especificas y  mucho menos vemos el tema de la conservación patrimonial ni en el ABC, ni en los pensa de estudios. En consecuencia,  no existe educación ni apego sentimental con calles, esquinas, casas, plazas, parques. Y la manera como ha sido tratado éste, es el precio que está pagando la Ciudad. Su castigo, la desmemoria del pasado mediato e inmediato  que constantemente nos recrimina.

Hoy veo con preocupación, bajo la indiferencia de la mayoría, cómo nos hemos dejado arrebatar a María Lionza, Colón En El Golfo triste, Colón En El Calvario, el Parque Del Este, El  Edificio Toki Eder, el Hipódromo De La  Rinconada, el Museo del Transporte, el Teresa Carreño, el Ateneo de Caracas, Parque Del Oeste, El Parque Los Próceres, Paseo Vargas, las Torres del Centro Simón Bolívar ( sus mosaicos), la misma Universidad Central de Venezuela, que como ninguna ha sufrido ataques constantes en sus instalaciones. Igual los realizados a las imágenes religiosas, en estos últimos días en el estado Lara,  como museos y teatros como el Municipal, el Nacional, Teresa Carreño, han ido cambiando su naturaleza , sin aportar al arte, diferentes tendencias a través de exposiciones de altura; Iglesias y demás edificaciones que muestran por fuera signos de una presunta restauración, que según expertos no es más que un maquillaje que va deteriorando el ADN de la obra, y, con ello , la historia.

Lo que si ha ganado la ciudad es anarquía, moto-taxis a diestra y siniestra al margen de la Ley, las avenidas principales del Municipio Libertador que no tienen identificados sus comercios, gracias a una Providencia Administrativa que ordenó la remoción de anuncios que en su mayoría,  formaban parte de la memoria de la ciudad, depósitos de basura que obstaculizan el paso peatonal, indolencia, maltrato de unos contra otros, con alto grado de agresividad.

Para concluir, no me equivoco que también Caracas ha ganado ciudadanos cada vez  más sensibilizados con el Patrimonio Cultural, que se va incorporando lentamente y sin temor a la defensa de éste Ruego porque estemos a tiempo de concientizar a nuestros niños, niñas y adolescentes del compromiso que debe existir por la herencia cultural propia de nuestro pasado, para  transmitir su valor a las generaciones presentes y futuras.




María Lionza en 1950  finalizando su construcción
para recibir a las delegaciones deportivas de los
Juego Bolivarianos de 1951


6 de junio de 2004
así amaneció la Obra
de Alejandro Colina
después de los ataques
recibidos


Restaurada por la Universidad
Central de Venezuela
actualmente
secuestrada por orden judicial
que impide vuelva a su lugar de
origen.


http://exploravenezuela.blogspot.com/2010/01/un-barco-caricaturesco-en-un-sitio.html
Foto :http://exploravenezuela.blogspot.com/2010/01/un-barco-caricaturesco-en-un-sitio.html

12 de octubre de 2004

Colón en el Golfo Triste
2004

Foto : María F Sigillo

Foto: María F Sigillo
2011


Foto : El Universal

Hipódromo La Rinconada
Revista Life


Hipódromo La Rinconada

Estado actual del Hipódromo 2011
Fuente El Universal

1 comentario:

  1. Hola Maríita, pues cherto chertisimo chertoide, y es que ni los que dicen defender el patrimonio mueven una pestaña

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