Mentiría si no
dijera que la pintoresca historia de nuestra ciudad, desde sus inicios me
apasiona, pero de todas, las notas de cómo fueron pensadas y creadas las
urbanizaciones, es una de las que más me agrada. Comparto con ustedes la de la urbanización
"La Florida", que transcribí textualmente de la revista Elite (2 de octubre de
1928) y que dedico al Arquitecto Ricardo Rodríguez Boades, a quién le debemos
tanto en la recopilación de material fotográfico y documental de nuestra amada
ciudad.
“Consecuentes con
suministrar a nuestros lectores informaciones completas acerca de todo progreso
que en materia de edificación urbana se realiza tanto en Caracas como en el
resto de la República, nos dirigimos en una de estas cálidas tardes de octubre
hacia el sector donde se desarrolla la súper-urbanización de “La Florida” y
allí nuestro compañero Avilán obtuvo las bellas fotografías que aparecen en
estas páginas.
Siguiendo la
carretera del Este, a pocos minutos de urbe, antes de llegar al aledaño
primaveral de Sabana Grande, se abre
hacia el Norte el bulevar “Las Acacias”, entrada principal de la urbanización. Al estar terminada esta vía
tendrá una anchura de veinte metros. En su centro han sido colocados hermosos jarrones
decorativos; a sus lados han sido plantadas filas de árboles umbrosos y ya
están al terminarse las amplias aceras paramentadas de grama en sus bordes y en
las cuales cómodos bancos brindan suave descanso al caminante.
El nombre de “La
Florida” no ha sido escogido por su armonía verbal, sino para recalcar
especialmente que su mayor atractivo serán los adornos florales. A este propósito
plácenos subrayar que el espíritu de los
urbanizadores está completamente alejado de la idea del mercantilismo; y en el
deseo de que las obras que están creando con gran cariño no decaiga
y si perdure, han instituido una “junta
de conservación”, la cual se ocupará de cuidar y mantener en bellísimo aspecto
las flores, los árboles y la grama de los parques y las avenidas. Dicha junta
se compondrá de tres propietarios de parcelas en la Urbanización.
Un rincón de uno de los parques :: Bellísima alineación de mangos cuasi centenarios de uno de los bulevares. |
El boulevard “Las Acacias” se tiende recto hacía las
estribaciones de La Silla de Caracas, donde termina la urbanización. Después de
su comienzo en la carretera atraviesa la
vía férrea del Este, y ya comienza a perfilarse las airosas construcciones de
casa-quintas, chalets y palacetes.
Es en verdad privilegiada
la situación de “La Florida”: su altura sobre el nivel del mar (idéntica a la de Los Chorros) es de 890
metros. El clima es delicioso, refrescado por las oxigenadas y salutíferas brisas
del monte vecino, que purifican constantemente
su atmósfera. Los vientos que entrando por el abra del Oeste del Valle de Caracas, son
en cierta época desagradables y molestos, llegan a “La Florida” muy aminorados,
resultando por esto inofensivos.
El agua es
purísima y abundante y su abastecimiento está asegurado indefinidamente ya que
el Sindicato es copropietario de las fuentes situadas en la montaña.
El terreno es
plano y de mucha fertilidad y sombreado por magníficas alboreadas, cuya
conservación y agrandamiento es parte del plan urbanizador, como ya hemos
dicho, pues se tiene el propósito de que
las construcciones vayan rodeadas de árboles y flores.
En cuanto a las
perspectivas panorámicas que se ofrecen son admirables, ya que “La Florida”
ocupa más o menos el punto medio Norte del Valle de Caracas, y desde allí se
domina en toda su extensión.
Las
construcciones, que ya empiezan a levantarse en todo el vasto perímetro de la
urbanización, revelan en sus arquitectos muy buen gusto y perfecto conocimiento
de las condiciones que requieren la higiene y aireación de las edificaciones
tropicales.
Tres grandes bulevares,
el ya descrito y nueve avenidas secundarias, pero igualmente amplias y
decoradas, forman, hasta el presente, el trazado de “La Florida”, fuera de diversos
sitios que lo complementan, como son la hermosa piscina, el “Park-Way”, el
Parque de Recreo para los niños y el Gran Parque Central.
La piscina merece
párrafo aparte y un cumplido elogio, pues constituirá uno de los más
interesantes atractivos de la urbanización.
Su extensión la sitúa como la primera en nuestro país y puede
equipararse a cualquiera de las similares en las grandes urbes
extranjeras. En ella se podrán celebrar
concursos de natación en distancia de 50 y 100 metros. El agua le llega por
medio de un chorro a presión continua que podrá utilizarse a la vez como
deliciosa ducha.
Al lado de su
parte más honda se construye una torre con diversos trampolines desde donde se
podrán lanzar los nadadores con toda
comodidad y sin ningún peligro para las
zambullidas. Es de advertir que esta piscina no será pública, sino que estará
destinada al uso de los dueños de parcelas y los miembros del futuro “Club La
Florida”.
Uno de los más
elegantes aspectos de las avenidas y calles se obtendrá por la imponente alineación
de los postes de alumbrado, forjados artísticamente en bronce y sin aparentes
cables conductores.
Los servicios de
agua potable y saneamiento son dignos por todos conceptos del esmero puesto en
que la Súper-Urbanización de “La Florida”
responda por completo a las ideas antes expuestas de sus promotores e
iniciadores.
Por manera que, resumiendo
impresiones sobre nuestra vista a tales sitios y el avanzado progreso de sus
obras, podemos predecir, sin el menor temor a equivocarnos, que dentro de muy
poco contará la ciudad capital con este
nuevo, saludable y pintoresco aledaño.”
Notas de la reseña:
La Gran Piscina de La Florida
Estará a disposición de los miembros del club Florida, en
formación. Contiene 1.000.000 litros y tiene proporciones tales que en ella
podrán llevarse a cabo los campeonatos de natación de Venezuela.
La imponente perspectiva llenarán de regocijo a los amante
de lo bello y de los agradable.
(Fotos Elite de Avilán)
Fuente: Revista
Elite
2 de octubre de
1928
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