Nada más grato al hombre amante de la naturaleza, que adentrarse en parajes enjoyados por la esmeralda de los árboles y el perfume embriagador con que la brisa embalsama el paisaje; en aquellos privilegiados lugares que convidan al reposo y a la meditación. Tal es la Urbanización “Parque Santa Mónica”, enclavada en el propio Valle de Caracas.
Una extensa planicie rodeada de armoniosas colinas eternamente besadas por la brisa del Oeste, y frente a ellas, se irgue en su imponente solemnidad el Avila, atalaya de Santiago de León y Caracas, empenachado de neblinas, bajo el rumor de las cascadas que musicalizan desde que nace hasta que se pone el sol.
Santa Mónica, por su situación privilegiada, está provisto de ventajas y comodidades de que están ayunos otros lugares frecuentados por el caraqueño enamorado de la naturaleza.
En Santa Mónica convergen todas las vías de acceso que parten de los diferentes centros de la población, lo que influye poderosamente en beneficio de quienes están haciendo de aquella Urbanización el lugar más ideal para residir en todas las épocas del año.
Recientemente, con motivo de festejar la Directiva de aquella empresa urbanística el segundo aniversario de haber iniciado sus actividades, tuvo efecto una elegante fiesta campestre a la cual concurrieron distinguidas personalidades de la política, los negocios, la prensa y el mundo social en su más destacada representación.
Una orquesta formada por ejecutantes de música folclórica amenizó el acto, ternera asada a la llanera, rociadas con ____, guarapo fuerte, chicha andina, y otras combinaciones absolutamente venezolanista viajaban de mesa en mesa con abundancia generosa.
“En un lugar fresco y acogedor, elegido entonces por quienes huían de las zonas bajas, calurosas. Y en la configuración actual de la ciudad moderna que se construye hacia el Este de la vieja Caracas, supone en centro urbano, sin perder su carácter de zona estrictamente residencial, sin tránsito ajeno a la propia urbanización. La parte alta de la urbanización permanece alejada del tumulto ciudadano – por más que se desarrolle la ciudad y multiplique
sus habitantes- y es lo que los caraqueños llaman “Balcón del Avila”, por hallarse frente a las altas montañas de este nombre que limitan la ciudad por el Norte. En cuanto a la parte baja –la llanura- recibe la misma brisa del Avila y es un lugar eminentemente fresco y limpio.
La idea de “Parque” supone exactamente cuanto un parque significa, con jardines generales de ornamentación, jardines para la infancia, y zona reforestada en las colinas para paseos a caballo y para el disfrute de una paz total en un ambiente de frescura.
“El agua- uno de los graves problemas de la capital venezolana- es abundante y segura, gracias a la riqueza natural de la zona, y la existencia de un contrato de perpetuidad con el Instituto Nacional de Obras Sanitarias, mediante el cual se garantiza el suministro regular del Gran Dique “La Mariposa” recientemente construído. Donde “Santa Mónica” paga por este servicio, casi un millón de Bolívares. La Gran autopista del Este, y las modernas y amplias calle de la ciudad moderna, conducen directamente a esta Urbanización. Sin embargo, ninguna atraviesa Santa Mónica, de manera que nada ajeno a su propia vida puede perturbar su tranquilidad.
“La vecindad Santa Mónica” es eminentemente selecta. La Gran Ciudad Universitaria es el vecino inmediato. Esta Ciudad Universitaria – una de las más importantes de América Latina – Será el eje central de Caracas-
“ La vieja Ciudad de Caracas que aún guarda en el centro aspecto colonial , se desplaza rápidamente al Este en una carrera apresurada en busca de espacio vital para su nueva e intensa vida. El Valle del Este es, sin embargo, limitado. Todo cuanto se construye en el Este es cotizado a precios muy superiores al Oeste. Desde la Plaza de Venezuela- al nivel de Santa Mónica- hacia el Este, comienza una ciudad moderna, que alberga a las clases pudientes y acomodadas y que muestra un comercio distinguido que el de la Vieja Caracas.
“ En la época Colonial fue residencia y dominio de la comunidad religiosa denominada “Monjas Blancas”. Más tarde después de la Independencia, floreció una rustica refinería de azúcar, de solida construcción española servida por típicos acueductos de arcos de medio punto”.
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Billiken 1950
leyendo la leyenda de la ultima imagen, Briceño Montero construyo una urbanización en la calle 1 de Los Jardines del Valle llamada como el: Urb Briceño Montero. Yo vivi allí 26 años de mi vida hasta que el gobierno de turno la derrumbo para construir dos bloques multifamiliares.
ResponderEliminarConocí esa urbanización Briceño Montero en los años 60 con la suegra de uno de los Hnos. Garcia Ponce quien estuvo escondido allí cuando Perez Jimenez. Hace unos años quise volver a ver esa tacita de plaza y que va.... nada que ver..!
EliminarHe disfrutado los comentarios y fotos , ya que soy vallera de nacimiento , donde viví mi infancia y juventud , luego en Los Jardines de El Valle y posteriormente en Santa Mónica.Todo esto me ha remontado al alegre y sano pasado , deseando que en algún momento volviéramos a disfrutar esa vida de armonía , convivencia , respeto , colaboración ....
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