miércoles, 11 de agosto de 2010

Caraqueñólogos

Todo el trabajo que se llevó a cabo durante 5 años, se hizo con una inversión de 10 millones de bolívares, lo cual permitió colocar todas las placas y realizar una vez al año su mantenimiento.

Fue el programa más barato, destaca López Acosta, quien recuerda que se hizo una licitación que ganó una empresa ya desaparecida del grupo Corimón, Sevial, presidida por Leonid Rozenthal.

Explica que fue un trabajo sencillo, pero de hormiguita. Un ingeniero, tres asistentes y un arquitecto, pero antes de hacerlas y colocarlas había que identificar el nombre correcto, para lo cual se creó una comisión de caraqueñólogos, presidida por López Acosta e integrada por: José Schaell (cronista de Caracas en esa época), Carlos Eduardo Misle (Caremis), Aura Marina Alvarez (ex directora de Catastro del Distrito Federal), Aníbal Nazoa y Rafael Valery Salvatierra. Más tarde para el Distrito Sucre se incorporó Orlando Tovar Tamayo, para ese entonces Contralor Municipal del mismo. El proyecto estuvo a cargo de la ingeniero Marta González de Albuquerque y la arquitecto Gladys Rincones de Quintana.

Fuimos estudiando y revisando cada nombre y después de aprobada por la comisión se mandaba a elaborar la placa. Dice que algunos nombres eran fáciles pero se daban casos confusos.

Refiere anécdotas como los problemas que tuvieron cuando fueron a colocar la señalización en una calle de Maripérez y los vecinos se opusieron y hasta protestaron porque a ellos les parecía más distinguido vivir en la urbanización Los Caobos. Terminamos poniéndole Maripérez porque era de Maripérez.

También las dificultades que enfrentaron para colocar una placa en una iglesia de Chacao porque el cura se oponía, hasta que se pegó la que iba en el Palacio Arzobispal, con la satisfacción del arzobispo y el cambio de decisión del sacerdote.

En otra ocasión se instaló una placa con los apellidos invertidos del escritor Díaz Sánchez y tras la furiosa protesta de una señora se mandó a quitar hasta que se hizo de manera correcta.

Explica que antes de hacerlas, debía irse al lugar y evaluar el material de cada edificio porque en una esquina son 8 puntos. Había un edifico de ladrillo, de vidrio, una pared de cartón, una plaza, y se tenía que examinar para ver cómo se iba a hacer.

Comenzaron fabricándolas en hierro y después en aluminio. Empezaron colocándolas con un martillo que dispara clavos y más tarde, después que robaron algunas placas, se les comenzó a colocar además de los clavos, pega Hércules, para dificultar y evitar que las despegaran.

También enfrentaron la oposición de gente que insistía en que las placas debían ir en postes y no pegadas a la pared. López Acosta señala que como con otras cosas, la gente tiene como referencia los Estados Unidos y no por ejemplo ciudades europeas como Madrid, París, Roma, que tienen sus placas, con los nombres de las calles, pegadas en las paredes.

Para demostrar que estaban en lo cierto, colocaron varias placas en postes y a los tres meses no quedaba ni una, "porque en esta ciudad ese tipo de señalización no sirve".



Adiós a la cuadrícula


Durante buen tiempo, cuando algún venezolano viajaba al exterior, una de las preguntas que se le hacía, según palabras del ex presidente del CSB, tenía que ver con la señalización porque a uno le preguntaban si era cierto que Caracas era una ciudad sin nombres, sin ninguna identificación.
Tenía que ver esta inquietud con la falta de placas y señales pues las que habían para fines de los años setenta eran sólo las de Arístides Rojas, "que fue un proyecto inteligente, pero servía para una ciudad cuadriculada, como era la del siglo pasado".

"Usted tenía un eje de coordenadas, a partir de la esquina de la Torre a Catedral, y las calles paralelas hacia el norte, designadas como este 1, este 3, este 5, y hacia el sur, como este 2, este 4, este 6, que se mantiene hasta la actualidad", explica López Acosta..
Pero más alla del centro de la ciudad la cuadrícula no funciona. Eso, como asegura, se ajusta hasta San Bernardino.

A medida que fue creciendo la ciudad los urbanizadores fueron colocando las placas como a ellos les parecía, sin que se tuvieran criterios uniformes como debe ser lo correcto.

Considera que al menos debería hacerse un mantenimiento anual a las que quedan y colocar las que hacen falta.
Intentar un cambio de nomenclatura sería a su juicio terrible pues como afirma "las ciudades son como la gente, los nombres de las ciudades son como los nombres de las personas, una vez que ha pasado una serie de años, los nombres no deben cambiar".

Expone entre otros ejemplos, la avenida principal de Maripérez, conocida con este nombre y no por el de avenida Augusto César Sandino".

Se muestra contrario además a la señalización que una vez se le propuso estando trabajando en la Alcaldía de Chacao, para recibir gratis las placas pero en carteles con avisos publicitarios. "Es algo que ningún municipio debe permitir".

Para López Acosta, el hecho de asignarle nombres a las esquinas es una exclusividad de esta ciudad, "una cosa típica caraqueña. Yo nací de Puerto a Peláez y viví durante muchos años de San Martín a San Roque, eso es una dirección".

La gente puede desorientarse hoy en día, si no conoce el casco central o el oeste de la ciudad, pero no por la variedad de nombres de las esquinas o calles, sino porque no se les da la información suficiente, deja ver el especialista.

"Ciudades con carreras, organizadas por avenidas con números, porque están dispuestas en cuadrículas, no son por eso más organizadas. Nuestra ciudad se desarrolló de otra forma, con nombres, pero no es por eso inferior a Madrid, Roma o París".

Rafael Valery, un estudioso del tema, sostiene que Caracas es relativista a su manera y tiene un sistema propio para guiarse dentro de la ciudad. "Huye de las grandes líneas y se aferra con terquedad a los puntos. Una esquina es en la geometría caraqueña un punto fijo, la otra esquina es un segundo punto fijoy refiriéndose a ellos, por ellos queda determinada la cuadra que los une. Y es tan imperiosa esta lógica caraqueña, que nombran primero la esquina más céntrica y en segundo término la más distante".


Fuente: La Nomenclatura Caraqueña 1978 /
Plano de Caracas 1884
 Mirna Mendoza / El Universal 1997.

1 comentario:

  1. Muchas gracias María.

    Ha sido muy útil la información que aquí comparte.

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