"Justamente al
frente del Panteón Nacional, venerable recinto donde se perpetúa el ferviente
homenaje de los venezolanos a las cenizas del sus Libertadores, se encuentra
una casona amplia poseedora de una tradición de rango extraordinario.
La mencionada
casa, en otras horas sede de la antigua iglesia de la Trinidad, queda ubicada y
precisamente en la calle oeste 13 y registrada con el número 93. Su
construcción, claramente ha variado mucho, más vista con detenimiento algo
puede sorprenderse de los muchos siglos que han soportado sus cimientos. Pero
la importancia capital que la mansión encierra queda expresada en la síntesis
que luce la placa incrustada en una de sus dos fachadas. La inscripción dice a
la letra; "Alexander Humboldt vivió durante su estada en Caracas
(Noviembre de 1799 a Febrero de 1800) en la mansión que se levantara en este
sitio". Tal noticia que nos ofrece ese recordatorio no puede ser más
importante. Hondo significado ostenta en consecuencia la tradición de sitio o
lugar destacado. Humboldt está fuertementete vinculado a la historia científica
de nuestra patria.
Posiblemente los
alrededores del mencionado Panteón Nacional existen otras construcciones con el
hecho histórico, el gesto abnegado, el concepto de generosa remuneración. Hállase
[sic] adscrito. Como recordatorio objetivo, a un "pórtico", un
frente, o un jardín; pero el caso concreto del lugar que sirviera de domicilio
a Humboldt marca una gloriosa etapa en los anales de los esfuerzos nacionales
en el campo del saber.
Fueron, sin duda,
Humboldt y Bonpland, los iniciadores de estudios geográficos, botánicos,
astronómicos, cosmográficos y matemáticos en estas tierras. Estudios de gran
valorización científica respaldados por procedimientos en extremos avanzados.
Métodos experimentales dirigidos por mentes vigorosas y bien nutridas, y manos
expertas y acuciosas. Humboldt, sabio de todas las latitudes, aportaba a estas
tierras su desinterés de científico y su experiencia de incansable
investigador. Porque Humboldt, lo sabía todo pero deseaba verificarlo todo. Y
por ello se vino a la América Meridional en pos de un generoso ideal de saber y
divulgación. Sus magníficos periplos por la región venezolana están llenos de
las más fecundas y preciadas enseñanzas. Ante su mirada inquisidora y zahorí
nada podía ocultarse y menos perder en cuanto a la interpretación o comentario.
Los mayores secretos de la selva tropical fueron siempre escudriñados en todas sus manifestaciones.
Las formaciones geológicas de esta parte terráquea del mundo encontraron en el
Barón de Humboldt al analista austero y sin par. La arqueología ganó en
trascendencia y en trabajos y conclusiones de envergadura. Las razas aborígenes
que poblaran la parte sur del continente fueron clasificadas convenientemente y
descifradas en su tradición, en sus costumbres, en sus preferencias, en sus
ritos y hasta en sus dialectos. Para la capacidad de Humboldt no hubo zona
vedada ni "aspecto" no comprendido ni disecado.
Los invito a leer sobre el mito de Amalivaca en el blog de mi entrañable amigo Abraham Quintero QEPD | http://lecturas-yantares-placeres.blogspot.com/2013/10/el-mito-de-amalivaca.html |
Por otra parte,
Humboldt no escatimó en sacrificios por democratizar con espíritu noble y
efusivo. El aspiraba a saberlo todo; pero dejaba asimismo que los demás hombres
supiesen también. El se recreaba ante lo imprevisto y por ello cuando
recorriera las márgenes del fabuloso Orinoco supo y pudo traducir a líneas
claras los complicados jeroglíficos, tallados o grabados, en la famosa piedra
de los indios Tamanacos, denominada por el ingente sabio como el Tambor de Amalivaca. Allí ante la
opulenta majestad de los ríos caudalosos o ante el "grito" arrogante
de la sabana ilímite, el estudioso nórdico, supo aprisionar, casi íntegramente,
el dilatado contenido mitológico que encierra el esotérico nombre de la montaña
Tamacá. También Humboldt, fué vidente. Anunció al efecto muchos acontecimientos
que han quedado cumplidos a través del correr de los años. Sus profecías de la
Nueva Andalucía (Hoy Cumaná) han quedado ratificadas por el tiempo. Y fué que
los argumentos de Humboldt tuvieron siempre el efectivo valor de grandiosas
previsiones. En la ciencia de Humboldt cabían todas las ramas del saber humano.
Su inquietud le llevó hasta abordar los problemas geográficos y etnográficos
más graves y complicados. Todo más que posible era probable, en lo que
adelantaba...
Y es por ello que
esa casona del Panteón, sede, alguna vez, del sabio peregrino, ocupa en la
historia científica venezolana un lugar definido y prominente."
Fuente.
Transcrito por CER de la Revista
“El Farol” Por Antonio
Reyes (1942)