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viernes, 31 de julio de 2015

Casas Históricas

Comparto con ustedes una serie de reseñas que logré recuperar de la Revista "El Farol" de los años 40, denominada "Casas Históricas", siendo la primera de ellas , las ubicadas en el burgo de Antímano, espero sea de vuestro agrado la siguiente transcripción.  







“A muy pocos kilómetros de Caracas, a la vera de la carretera que conduce a Los Teques, existe un pueblo por demás atrayente y simpático. La denominación por la cual se le conoce, muestra lo típico de su raíz aborigen.

Y es que Antímano constituyó, hasta hace pocos años, el sitio de recreo aristocráticos. El medio de transporte era el ferrocarril o la "victoria" tirada por briosos caballos! Y por ello Antímano guardaba respetuosamente distancia- por dificultades de transporte-con el enervante ajetreo de la capital.

Antímano, guarecido entre montañas, adornado con la lozanía de sus espléndidas vegas, circundadas por haciendas donde el cultivo de la caña de azúcar era tradicional desde los tiempos de la colonia, bañada en su parte sur por las cristianas aguas del río, poseedora de hermosas leyendas de olvidadas edades precolombinas, fresca y amable cuando soplara la brisa proveniente de umbrosas alturas, tuvo siempre el favor de la sociedad capitalina.

Y esta marcada preferencia de la burguesía de la ciudad metropolitana se reflejó también en las clases directoras y en lo más destacado del elemento oficial que guiara los destinos de toda la República.

Antímano fué residencia presidencial, allí vivieron caudillos y estadistas, oradores y militares de alto rango y prestigio: Guzmán Blanco y Rojas Paúl; Andueza Palacios y Andrade; Manuel Antonio Matos, candidato presidencial hacia el años 1888 y Juan Francisco  Castillo, también candidato al más alto sitial del país en las postrimerías del siglo pasado.

¡En el apacible burgo de las proximidades de Caracas, el afán palaciego formuló un protocolo rural con aristas bien definidas! Y el fundamento de este curiosos protocolo campestre se debe posiblemente al General Antonio Guzmán Blanco a quien Antímano le debe mucho su inusitado esplendor.

Hubo quien asegurara- la lisonja era fruto corriente en la época del Ilustre Americano- que Antímano era el General Guzmán y que como él, el bello pueblo era hidalgo y popular al mismo tiempo!
Pero lo cierto fué que el Reivindicador de Venezuela, el glorioso estratega que acaudillara con fortuna la triunfante revolución de Abril, (1870), le tomó muy especial afecto al burgo de clima bonancible. Edificó a la salida del pueblo un palacete de graciosas líneas y clara perspectiva. ¡Un palacete y un parque frondoso de vasta proporciones! y Allí, ante la casona de pulidos pisos de madera se detuvo toda Caracas cortesana, en la misma forma y con idéntica devoción que anteriormente lo realizara frente a "La Viñetas" de Páez o en la plazoleta del Municipal frente a la casa de Monagas, o en Santa Inés de espaldas al Ferrocarril y sordos a los silbidos de las locomotoras serviciales.

El tren político de Guzmán se trasladó también íntegramente a Antímano. Fijada la pauta por el Ilustre Americano nadie se aventuró a discutirla.


Su candidato presidencial y anteriormente su Ministro de Hacienda, el doctor Juan Pablo Rojas Paúl- sin duda una de las más brillantes y nobles figuras de nuestra política civilista - edificó también allí su mansión, y el sucesor de éste, el gran tribuno, el doctor Andueza palacios, quiso elegir para levantar una quinta de caprichoso estilo, la entrada del mismo Antímano sin pensar, tal vez, que algún malicioso al buscar un arbitrario símil, bien pudiera traducir las respectivas construcciones de dos casas a la entrada y al final del pueblo como un principio y un fin de una política nacida bajo idéntico influjo.



En Antímano, en sus casas "presidencialistas" se encuentra buena parte de la historia de veinte y dos años de política interna, y si esas casas pudieran hablar, quizá, podrían contarnos los secretos de muchos sucesos que nunca se han filtrado a las páginas de nuestros relatos contemporáneos!

Por Antonio Reyes

El Farol 1942