sábado, 9 de marzo de 2013

Caracas ciudad rompecabezas




Barrios y Urbanizaciones 

Algunos de los nombres de las parroquias, barrios y urbanizaciones fueron adjudicados para honrar  a héroes, santos, árboles, flores y hasta títulos nobiliarios o abstractos como los de “El Conde” y “El Marqués). Pero la más abundante de la nomenclatura caraqueña son las designaciones bucólicas, lo que hará pensar a quienes desconozcan nuestra cuatricentenaria ciudad que ésta es la urbe más campestre del planeta. Vean,  para comprobarlo,  los siguientes nombres: Campo Alegre, Campo Claro, Campo Rico, La Campiña, Los Campitos, Bello Campo, Bello Monte, Monte Cristo, Monterrey, Las Estancias, Cerro Verde, El Bosque, El Cafetal, El Llanito, El Paraíso, El Pinar, Lagunita, Las Flores, Los Flores, La Florida, La Floresta, Las Palmas, La Vega, Las Vegas, Los Caobos, Las Acacias, Los Castaños, Los Cedros, Los Chaguaramos, Los Geranios, Los jardines, Los Laureles, Los Naranjos, Los Rosales, El Rosal, Los Totumos, El Prado, Los Prados del Este y, para completar nuestro exuberante ambiente bucólico nominal tenemos nada menos que dos sabanas : Sabana Grande y Sabana del Blanco. Las similitudes que se observan en los Montes, en los Campos, el Los Flores, en Las Flores, El Rosal y Los Rosales, La Vega y Las Vegas,  que son factores de confusión cuando se busca una dirección, las tenemos también en la cantidad de “Vistas” y “Miradores” que tiene Caracas. Veamos: Alta Vista, Bella Vista, Vista Alegre, El Mirador, Miradores del Este, y si bien se mira, Altamira. Uno de los argumentos fundamentales de los vendedores de parcelas urbanísticas para convencer a sus clientes es el ofrecerles – además de un pedazo de tierra con agua, luz, teléfono y calles pavimentadas - una vista panorámica que,  por lo menos en apariencia, es una ñapa y no se incluye en el precio total de la venta. Por esa razón han surgido tantas “Vistas” y “Miradores”. De manera que puede afirmarse que el único Mirador caraqueño, cuyo nombre no ha sido influenciado por el lucro, es el Observatorio Cajigal. 

Un sector de Bello Monte que señala el abstracto
límite entre Caracas y el Distrito Sucre, y en cuyas casas no es raro
que el jardín esté ubicado en el Estado Miranda y la cocina
en la monumental paradójica  Santiago de León. 
Ciudad Universitaria de Caracas
Revista Life 
Caracas era hace unos cuarenta años, un hermoso valle rodeado de suave y verdes cerros. Cuando su explosión demográfica la hizo invadir esos cerros, encima se encaramaron quintas, edificios y ranchos.  De ahí que muchas urbanizaciones y barrios hayan tomado sus nombres de esos cerros. Pero existe entre ellos  una diferencia: Cuando el cerro fue invadido por quintas y edificios, cambió su sustantivo por el más delicado y aristocrático de “Colinas”. Es así que tenemos Colinas de Bello Monte, Colinas de Las Acacias, Colinas de Tamanaco , Colinas de Vista Alegre, Colina del Hatillo etc..,  Pero conservaron sus primitivos nombres de cerros cuando en ellos treparon humildes ranchos y modestas viviendas. Sucede así con La Charneca, Los Dos Cerritos, El Guarataro, El Atlántico y otros. Algo similar a lo que ocurre con los señoritos que cuando se pasan de copas todo el mundo dice que “están alegres”, pero si es un Juan Bimba el que empina exageradamente el codo la calificación es de borracho. 
Ciudad Tablita, una pequeña ciudad dentro de la Gran Ciudad
donde puede apreciarse la Caracas de tres pisos:
Residencias y amplias avenidas, en la parte inferior, superbloques y en el centro
y arriba los ranchos trepados en el cerro.


 Para colmo, dentro de la ciudad tenemos dos ciudades: La Ciudad Universitaria y Ciudad Tablitas,  esta última sin autonomía territorial, y una Nueva Caracas que ya pasó de moda; y barrios que se gastan dos nombres Coche-Delgado Chalbaud, Casalta- Francisco de Miranda y Sarría-Pedro Camejo. 

Dos barrios tienen nombres increíbles, los cuales toman de imprescindibles establecimientos: El Cementerio y El Manicomio. Los residentes de esos sitios deben tener mucha cautela cuando alguien que ignore nuestra peculiar nomenclatura les pregunte: 

- ¿Dónde vive usted? 
En el Cementerio
- ¿En el Cementerio?    Entonces debo creer que usted es un fantasma o que me está tomando el pelo. En el Cementerio solo viven los muertos….. 

Los que viven en el Manicomio corren el riesgo  de que sus interlocutores salgan de estampida o  llamen en su auxilio a la  policía para proceder a su captura, pues es fama que del Hospital Psiquiátrico de Caracas no están todos los que son, ni son todos los que están. 


Calles y Avenidas 

Nombres iguales distinguen a multitudes de avenidas, calles, esquinas, edificios y casas.  Al observar un plano de Caracas veremos que existen dos avenidas, seis calles y ocho esquinas que se diferencian unas de otras con el nombre  de  “El Carmen” sin contra la esquina  de Carmelitas; hay una avenida y cuatro calles llamadas “Cumaná”; cinco avenidas, una calle y dos esquinas  “El Samán”; ocho calles llamadas “Los Cedros”; tres avenidas y dos calles “Guaicaipuro”; cinco calles “Los Mangos”; tres calles y una esquina “Los Manguitos”; y otra esquina denominada: “El Manquito” ; con el nombre de Miranda se distinguen una avenida, cuatro calles, dos esquinas y dos urbanizaciones; Naiguatá es epónimo de dos avenidas y tres calles; San Antonio, patrono de las solteronas, dio su nombre a cinco calles, dos barrios, dos esquinas y un callejón; con el nombre de San José fueron bautizadas una parroquia, una avenida, ocho calles , una esquina y un pasaje; San Miguel tiene en su haber una avenida, cuatro calles y una esquina; Santa Ana, una avenida y cuatro calles; Santa Elena, cuatro calles y un callejón; Sorocaima, dos avenidas y cuatro calles; Sucre ha cedido su glorioso nombre a tres avenidas, cinco calles, dos esquinas y un callejón; Tamanaco, a cuatro avenidas y una calle;  hay cinco avenidas Alameda, ; tres avenida, tres calles y un callejón Anauco;  Seis avenidas y cuatro calles El Parque; siete avenidas Avila;  existen tres avenidas Bolívar: Una en Catia, la del centro y otra en el Este, además de ocho calles y una vereda, y de ñapa, dos avenidas, una calle y dos esquinas Bolivia; aunque somos una República, hay veintidós calles Reales, entre ellas la Calle Real del Mamón, por la que ha debido transitar en sus buenos tiempos, hacia su palacio el Rey Momo; el Descubridor tiene cinco calles y una esquina llamada Colón. Advertimos que los nombres antes citados tienen más de cuatro repeticiones y por eso los elegimos como ejemplos, pero hay muchos otros con tres y dos bis.
Esquina de San Miguel , correspondiente a uno de los tantos santos
que abundan en la urbe
1966 

Esquina de Quita Calzón
1966

Pero no todo es repetición de nombres. Para variar la más extensa avenida caraqueña que va desde Catia hasta La Florida, se gasta tres nombres desde la Plaza Catia hasta Miraflores se llama Avenida Sucre, aquí toma el nombre de Urdaneta y lo sostiene hasta la entrada de San Bernardino, sitio en el que se lo cede a Andrés Bello, quién lo porta hasta La Florida. 
Mostramos el viejo contraste entre las dos Caracas:
La monumental delas Torres, y la semicolonial de las escalinatas de ladrillo 
La Urbanización de san Bernardino es un monumento levantado en  homenaje al disparate urbanístico. Contornos de círculos, ocho eses y aspírales tienen lo que no tenemos más remedio que llamar “sus manzanas”. Cuando el transeúnte cree que camina hacia el Norte, en realidad se desplaza hacia el Este. Y sus avenidas, al cruzarse con otras, cambian tranquilamente de nombre, tal como sucede,  por ejemplo, con la Avenida Francisco Javier Yánez, la cual, al cruzarse con la Alejandro Humboldt nos da un hibrido llamado Avenida Licenciado Aranda.               

¿ Dónde será? 

Esquina de Pele el Ojo , que mira de soslayo
el viejo parque de La Misericordia .

Fuente : Momento 29-05-1966
Por Felix A. Hérnadez
Fotos F Carias Sisco.
Transcrito por María F Sigillo


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