martes, 10 de febrero de 2015

Los Chóferes de Caracas, años 40

Después de meses de ausencia,  retomo y espero ponerme al día con los amantes de la historia de la ciudad.
Inicio con este artículo sobre los choferes en la Venezuela de los años 40. Confieso que  lo que me resultó más  interesante es la reseña sobre la Asociación General de Choferes de Venezuela. Un poco de historia de la vida sindical Venezolana del Siglo pasado.

Transcrito textualmente para ustedes. Espero les guste. 


Parada de taxi en Capitolio años 40

"Consideraciones literarias sobre el “chófer” y su sentido nobiliario del trabajo.-Felipe, personaje de novela-El sueño de la buena carretera- En la Asociación General de Chóferes del Distrito Federal.-Su labor en el terreno de la cultura y el deporte.- La tuberculosis, terrible azote de los trabajadores del volante.

Nunca, hasta ahora, en el momento en que hemos de parar el simbólico carro abstracto al filo justo del tema, habíamos fijado nuestro pensamiento en el conductor, el “chófer”, que viene a representar los ojos y los oídos del vehículo, la pieza humana, que se se-mimecaniza  al ejercer la función.

El “chófer” es, a la vez, hombre y pieza de motor. A medida que la maquina gana en velocidad, su conductor pierde, progresivamente cualidades soberanas, para convertirse o consubstanciarse en máquina. Esta observación hubimos de hacerla en los concursos deportivos. La motocicleta y su jinete forman un solo bloque, cuando alcanzan categoría de bólido en la pista de prueba. 
Pero hoy vamos a referirnos a un tipo de conductor más humano, menos inserto en máquina: El “chofer”, que sin dejar de cumplir su fatal destino, rescata frecuentemente sus humanos atributos; en el restaurant que le nace al camino, prometedor de ricos manjares y paisajes, en el control alcabalero, en la refresquería y, luego, en las oportunidades de viajes “asmáticos”, con mucha carga y duras cuestas, “pannes” a granel, y requerimiento plural de los pasajeros de “bus”.
Nuestro tema, pues, es el “chofer” que, al conducir su máquina, desarrolla un trabajo, y no goza emociones  de juego con riesgo. El “chofer” de “taxi”, que casi siempre aparece mezclado en el “affaire” sensacionalista, porque lo convenido es que medie esa circunstancia del “taxi” misterioso que, luego, enseguida, se ofrece a la voracidad de los fotógrafos de prensa. Vamos a hablar del “chofer” que conduce un autobús  o una camioneta durante las horas reglamentarias, que representan un salario, la economía domestica de un hogar obrero, los intereses de clase, el Sindicato, etc. Entonces, cuando arribamos a esta conclusión nos encontramos con los “choferes”. Y como estamos en Caracas, con los “choferes de Caracas”. Titulo general de nuestro reportaje. 
En el interior de la República, con carreteras de “castigo”, el automovilismo se hace heroico. Es una forma de cabal heroísmo. Felipe, el “chofer” por antonomasia protagonista de un libro que alguna vez escribiremos y que llevará por título : “La Quebrada de Carora”; Felipe, arquetipo de “chofer” abnegado, asistido de sentimiento nobiliario del trabajo y dimensión simbólica, tan ejemplar ciudadano como perfecto trabajador, que anhela el engrandecimiento de su patria y sueña tersas carreteras- de frente ingeniera, con collares de cemento- los puentes- y peralte en las curvas- sistema vascular de Venezuela por donde trasieguen ópimos frutos de la tierra regada y peinada; Felipe, dijimos, es personaje representativo de una clase. En él se compendian bellas virtudes éticas y, su física, toma la calidad del acero y hierro que maneja. En nuestros viajes por las carreteras venezolanas hemos tratado a Felipe y sabemos lo mucho que su sacrificio significa en el concierto de la riqueza nacional.
Un autobús en la parada 

Mucho se puede decir sobre el “chofer”, su alegría que toma del movimiento- y picaresca, a que le obliga el viaje continuo. También podríamos escribir bastantes cuartillas sobre sus variedades y actitudes; desde el “chofer” particular, conservador y aburguesado, al “chofer” de “línea”, que es de todos y de nadie, bohemio y tocado de espíritu trotamundesco: Luego, el “chofer” de camioneta, que es el “chofer” de carga, el más meditabundo de todos. Después el “chofer” de “taxi” y, dentro del servicio, el que realiza su trabajo de día y el que lo efectúa de noche, un poco siempre de juerga y tal. En fin, el repertorio  aumenta vertiginoso y se presta a la divagación con greguería. Fíjense cuanto podríamos escribir a propósito del “chofer” de carros funerarios y el “chofer” de ambulancias sanitarias y sobre ese “chofer” singular que reparte, bien de mañana, la carne a los puestos del mercado. Pero vamos a renunciar a la tentación literaria. El poco espacio del que disponemos hemos de cederlo a nuestra conversación con los compañeros “choferes” de la “Asociación General de Choferes de Venezuela.”  


INTERVIU

-¿Cuándo y en qué circunstancias se funda la Asociación?
-En 1936, después de celebrar una Asamblea monstruo en el Nuevo Circo de Caracas, donde se planteó la compactación de todos los trabajadores del volante, para el planteamiento de sus problemas específicos; aumento de salario, defensa ante los tribunales de justicia, y, sobre todo, capacitación del obrero “chofer”.

- ¿Triunfos de la Asociación? 
-La Asociación mediante espinosas gestiones, ha logrado el aumento del 30% en el servicio de plaza ( autos de alquiler) en lugar del 25%, que era el salario tradicional que devengaban los choferes de plaza, (alquiler). En el servicio de autobuses trabajaban los choferes de diez y ocho a veinticuatro horas diarias, devengando un salario inestable que determinaba el porcentaje: Bs 2,50 y Bs 3 por cada cien abonos y pasajeros en efectivo, respectivamente. El Sindicato luchó con todas sus fuerzas por acabar con tal estado de cosas. Y Así vino a conseguirse la estabilización de sueldos fijos, que oscilan, de acuerdo con la importancia de las líneas, desde Bs 11 hasta Bs 18, y haciendo cumplir la jornada de trabajo,- ocho horas- pautada en la Ley. La Asociación ha conseguido, en concepto de indemnización por despidos injustificados, omisión de preaviso, vacaciones etc, una cantidad global que se acerca a los cien mil bolívares. Nuestro abogado ha resuelto satisfactoriamente, ante los Tribunales de Justicia, numerosos casos de accidentes mortales, acaecidos a miembros de esta Asociación, así como la anulación de muchos arrestos y multas.

- ¿Qué porcentaje de obreros choferes controla la Asociación?  
- En un momento llegó a contar con 3.000 miembros activos. Número que fue decreciendo, después de perder la huelga del 37, y a causa de las represalias de todo orden que sufrimos. En la actualidad el número de afiliados activos es bastante exiguo, pero esperamos llegar otra vez a ser lo que fuimos, vanguardia del movimiento sindical venezolano. 

- ¿Labores realizadas por la Asociación en el terreno cultural y deportivo? 
- Ambos aspectos constituyen máxima preocupación nuestra. Con la creación de una biblioteca circulante dimos una prueba del deseo que alienta en los trabajadores de emanciparse espiritualmente, aumentando sus capacidades. Varias causas determinaron el fracaso de nuestro bello intento. La Biblioteca hoy no funciona. También hemos auspiciado proyecciones cinematográficas y charlas educativas de los Ministerios de Trabajo y de Sanidad. Asimismo organizamos un ciclo de conferencias a cargo de intelectuales honrados e independientes, las que tuvieron considerable éxito. Estas labores serán reemprendidas, con renovados bríos, en la organización que emprenderemos de nuevo. Respecto a deportes la asociación cuenta con un Club de Basse Ball, el cual tomó parte en el campeonato Inter-Obrero de 1939. En el campeonato de este año, también aparece representada la Asociación por el Club de El Volante. 

- ¿Qué razones se oponen a la implantación de los servicios de “taxi”?
- No somos partidarios de la implantación de este servicio, porque consideramos que Caracas no cuenta con suficiente población para sostenerlo. Creemos, si, que la cantidad de vehículos existentes en Caracas es exorbitante, vicio que achacaremos a la importación excesiva de automóviles. Abogamos en consecuencia, porque se regule el número de carros que deben entrar al país.

-¿Puede hablarme sobre el porcentaje de enfermedad que determina el trabajo de “chofer”?
- Carecemos de datos exactos al respecto, pero podemos adelantar que el porcentaje, a que se refiere en su pregunta, de enfermedades profesionales, es bastante elevado. , lo mismo que la tuberculosis, terrible enfermedad que causa considerable estragos en nuestro gremio. 

- ¿Nada más desea decir a los lectores?  
- La esperanza de que el actual estado de cosas, que tanto dificulta el desarrollo de las organizaciones sindicales, amengüe y propicie este desarrollo. Los trabajadores del volante, por el cumulo de problemas que tiene que hacer frente y resolver, necesitan estar organizados. Esperamos que la Asociación vuelva a controlar a todos los obreros del ramo, y se halle en capacidad de realizar su gran programa de emancipación espiritual y mejora económica que constituye demanda legitima de proletariado. 
Nuestro dialogo entra en “ralentí” lo cual quiere decir que ha terminado."
Delante del Teatro Municipal 


Elite 1940
M.G.F. 

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