El 18 de mayo de 1499 zarpó Ojeda del puerto de Santa María en compañía de Juan de la Cosa y Américo Vespucio, entusiasmados todos con las noticias colombinas. Fue su primer viaje a la actual Venezuela y, en tal sentido, fue pionero en la exploración de la costa, ya que la recorrió en su totalidad: desde la desembocadura del río Esequibo hasta el cabo de La Vela, en la península de La Goajira.
Fue adentrándose en el golfo que los aborígenes llamaban Coquivacoa (entre la península de Paraguaná y la de La Goajira), donde la expedición vio por primera vez los palafitos que les recordaron a Venecia. Siempre se ha dicho que quien hizo la inferencia fue Américo Vespucio, pero de ser ciertas las cartas del propio florentino, él no se encontraba en ese momento en la expedición. Afirma Vespucio que la expedición comandada por Ojeda se dividió y que él siguió hacia abajo, bordeando la costa brasilera actual, de modo que no es posible que estuviera en el golfo de Coquivacoa con Ojeda. No obstante, Vespucio era un fabulador de tal magnitud que no faltan quienes creen que no es cierto que siguió hacia abajo en una de las embarcaciones.
Por otra parte, contamos con la declaración que hizo Ojeda en 1513, requerido por el fiscal del rey en el juicio contra Diego Colón. Entonces, Ojeda afirmó haber hecho el viaje de 1499 con De la Cosa y Vespucio, lo que complica aún más las versiones. Finalmente, nos inclinamos por creer en la de Ojeda por encima de la de Vespucio, naturalmente.
Quizás Vespucio cambió las fechas de su viaje por la costa brasilera con el objeto de tenerse a sí mismo como descubridor, cuando en verdad estuvo por allí después del viaje con Ojeda.
Lo cierto es que la primera vez que se escribe el vocablo Venezuela para designar el golfo de Coquivacoa es en el famoso mapa de 1500 (Planisferio), trazado y dibujado por Juan de la Cosa, un verdadero cartógrafo, a su regreso de la expedición con Ojeda. Este es el primer mapa de las costas americanas del que se tenga noticia y, si seguimos la pauta del propio Vespucio, que en su mapa de 1507 publicado por Martín Waldseemüller le fue atribuido el nombre del continente, pues será a Juan de la Cosa a quien debems atribuirle la autoría de la denominación "Venezuela".
Pero, si vamos a ser salomónicos, no se puede dejar a Ojeda de lado y tampoco a Vespucio, en caso de que verdaderamente estuviera en esa etapa de la expedición.
Lo cierto es que la denominación de nuestro país proviene del recuerdo de otro. Nada raro en América. Don Ángel Rosenblat, uno de nuestros grandes filólogos, aclaró que el diminutivo de Venezuela no era despectivo sino afectivo, en todo caso no deja de ser paradójico, ya que el lago de Maracaibo es de grandes proporciones y la laguna de Venecia no.
Para el segundo viaje ojedeano, este capituló ante los reyes el 8 de junio de 1501 siendo designado gobernador de Coquivacoa, dándosele el derecho de fundar un asentamiento en el territorio que se le entregaba. Ojeda zarpó acompañado de los comerciantes sevillanos Juan de Vergara y García de Campos.
Recorrió sus pasos del primer viaje hasta que se asentó en Bahía Honda, en la península de La Goajira, donde fundó el caserío de Santa Cruz, que no sobrevivió más de tres meses, ya que la hostilidad entre los indígenas y la gente de Ojeda hicieron la estancia imposible.
Luego sus socios sevillanos lo hicieron preso y zarparon con él en la bodega hacia La Española, allí lo acusaron, lo juzgaron y lo sentenciaron, hasta que salió de la cárcel en 1504, en condiciones de pobreza. La prisión a la que lo redujeron sus compañeros de viaje se basó en la decepción. Ojeda ofreció "villas y castillas" que no se hicieron presentes en la magnitud en que los financistas esperaban.
En 1504 capitula de nuevo, el 21 de septiembre, como gobernador de Coquivacoa y Urabá y, luego, en 1508 capitula el 6 de junio, cuando le entregan la Gobernación de Nueva Andalucía, en las costas de la actual Colombia. Estando en Cartagena pierde la vida Juan de la Cosa (1510) en una escaramuza, mientras Ojeda logra salvarse milagrosamente de la furia indígena.
Esta nueva aventura ojedeana terminó en fracaso, también. Regresó a La Española abrumado, donde falleció en 1515, estando recluido en el monasterio de San Francisco. El viajero que comandó la expedición de donde emanó el nombre de Venezuela pasó sus últimos años derrotado y rezando. En cambio, Américo Vespucio se acreditó en la historia unos haberes que jamás tuvo.
Publicado en EL NACIONAL - Domingo 29 de Septiembre de 2013
Papel Literario/8
SerieLegendarios:
1/10
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