Apenas a tres cuadras del Palacio de Miraflores, en la
Parroquia de Altagracia y encuadrado en este barrio se encuentra un
"islote" que los vecinos se han dado en llamarte "La isla de
Dios"
La señora María.
Gran prestigio en el arte culinario y en la confección de
arepas tiene esta señora entre todos los vecinos. En las primeras horas de la
noche comienza la molienda de maíz blanco y durante las primeras de la mañana
ya se están expendiendo las arepas para todo el caserío. Una de las principales
consumidoras es la señora Catalina de López, madre del ex-presidente López
Contreras, la señora María, por este motivo, goza del prestigio y cuando
alguien le reclama algo sobre el sabor, tamaño o color de las arepas, ella se
contornea manifiestamente disgustada:-¡Cómo es posible una queja a sus arepas
cuando la señora madre del Ex-presidente López nunca ha dicho nada!
El Callejón Z.
Al cruzar a la derecha en la esquina de Aurora se topa el transeúnte
con un callejón sin salida que ha recibido el nombre de callejón Z por su
similitud con esa letra del alfabeto nuestro. En el trayecto de este callejón
se encuentran numerosas casas de "vecindad". Niños desarrapados,
sucios, desnudos, se divierten a sus anchas correteando, gritando, haciendo las
suyas sin que nadie hasta ahora se haya quejado por eso. Cuneado llueve el
callejón se convierte en una charca que hace imposible el tránsito, la luz
escasea terriblemente y no es nado original ver a los vecinos quitando agua
prestada a las casas contiguas que la tienen.
Los cantores bohemios
A alta hora de la noche cuando ya todo se envuelve en
silencio se oye ínicamente el estridente chillar de los grillos que rompe a
corta distancia la melodía tropical del bolero o la nota recia del canto
mexicano, siempre con la última pieza interpretado a todo lo ancho del
sentimiento popular.
Los gatos famélicos
Bandadas de felinos domesticados, hambrientos y trasnochados
interrumpen con sus celos el silencio adormilado del barrio.
Se cuelan por los techos para comenzar con su rival a revol
por los techos de zinc, formando un escándalo dantesco. El maullar estridente
del gato hambriento crea en los ánimos pánico ancestral.
Las Chozas debajo del Puente de Miraflores.
Un general viejo, retirado del Ejército hace años, vive bajo
el puente en una choza con su mujer y sus hijos. La lluvia y ventuscos anegan
la choza y prende las hojas de zinc. Más abajo, en chozas más
aristocráticas transcurren vidas
completamente ignorando un mundo civilizado, estos hijos de Dios.
Los pulperos
Numerosas pulperías de los más elementales de poca higiene expende
a sus clientes artículos de primera necesidad.
Son artistas de la invención con argumentos sobre el alza de los precios
de los artículos son tienen pretexto de la guerra. Una naranja foja y sin jugo
cuesta una locha, la verdura los granos, las hortaliza, todo, todo, está
regulado por la mentalidad simplista del pulpero.
Los autobuses.
En las horas de entrar o de salir del trabajo se forma una
verdadera revolución para tomar el autobús. Esta línea que hace su enlace con
la Pastora no tiene competencia y es por ello que abusa de la paciencia de los
pasajeros que hacen largas filas esperando que llegue el tan esperado
vehículo."
Fuente: Ultimas Noticias #218
Caracas, jueves 14 de mayo de
1942