domingo, 31 de octubre de 2010

El Helicoide de la Roca Tarpeya,

El Helicoide de la Roca Tarpeya, esa mole de concreto aún inconclusa situada en medio de Caracas, está recuperando la condición de espacio activo en la vida de la ciudad. Dos razones, de índole bien distinta, determinan este hecho: el uso de parte de la estructura como sede del cuerpo policial Disip y la simultánea habilitación de áreas para el funcionamiento de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Esta positiva circunstancia, y la bienvenida aparición de ENcontrARTE, me han animado a “desengavetar”, mejorar y actualizar un trabajo de 1991 que recoge el resultado de una investigación documental, hemerográfica, fotográfica y testimonial sobre la historia del edificio. Dicho resultado muestra una realidad absolutamente distinta a la transmitida durante cuatro décadas como “verdad” consagrada y oficial acerca del tema, y aporta suficientes elementos como para concluir al respecto que en torno a El Helicoide se elaboró intencionalmente una fábula, en el sentido de “Ficción artificiosa con que se encubre o disimula la verdad” (Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, edición 22 y versión en Internet, acepción 6), con propósitos claramente políticos.

La versión original del trabajo fue presentada como ponencia en las II Jornadas de Investigación Histórica de la U.C.V en 1991, quedando incorporada a la Memoria respectiva. Desde entonces, y no obstante los muchos intentos realizados, había sido imposible acceder a otros medios de difusión más amplia y efectiva, mientras que la fábula hecha “verdad” consagrada que aquí se “desmonta” sigue repitiéndose sistemáticamente. Desde ENcontrARTE espero al fin poner de nuevo el tema en el tapete. Y ahora, examinemos los hechos:



LA “VERDAD” CONSAGRADA

El Helicoide de la Roca Tarpeya es el “mayor elefante blanco”, la “máxima expresión del `faraonismo’, ostentación, el despilfarro y la excentricidad del dictador Marcos Pérez Jiménez”. Este aserto comenzó a circular profusamente entre 1961 y 1962, durante el gobierno de Rómulo Betancourt, y rápidamente se hizo una “verdad” consagrada. La asunción de esa “verdad” por parte del colectivo fue automática, y se facilitó por dos causas: la evidente inclinación del gobierno pérezjimenista por las obras de gran porte como el Complejo de Los Próceres o el Hotel Humboldt, y la noción muy extendida de que el monumentalismo arquitectónico es práctica habitual de los diversos factores del Poder, entre ellos los regímenes políticos autoritarios, despóticos o dictatoriales. Pero, el señalamiento de la “verdad” que nos ocupa no fue un acto aislado, cuya sola finalidad fuera cuestionar aquel proyecto colosal: formó parte de un reiterado discurso político, cuyos voceros principales fueron Betancourt y Acción Democrática, destinado a exaltar las “bondades” de la democracia representativa en ciernes frente a la “corrupción” y la “barbarie” del sistema derrocado el 23 de enero de 1958. Hoy esta “verdad” consagrada pervive en la opinión pública, manteniendo intactas sus varias connotaciones, y se sigue transmitiendo por los medios masivos en la medida en que el edificio recobra vitalidad. En contraste existe una realidad bien distinta, absolutamente demostrable y demostrada, la cual permanece oculta y busca “salir al aire”. Conozcámosla ahora.



LA REALIDAD EN SU ESENCIA
El año 1982, las vueltas de la vida me llevaron a participar como investigador en el Proyecto de Museo Nacional de Historia y Antropología y Complejo Cultural, a desarrollarse en El Helicoide. Llegué allí, como todos, con la “verdad” consagrada en mi cabeza y me ocupé, junto al entonces sociólogo y ahora reconocido compositor de música académica contemporánea Víctor Varela, de indagar sobre la historia del edificio. En este quehacer localizamos un archivo abandonado en la propia estructura, el cual contenía decenas de documentos que registraban el desarrollo del proyecto desde su concepción hasta su paralización definitiva. Con este material clave más una amplia revisión hemerográfica y una serie de entrevistas, se reconstruyó el proceso completo descubriéndose que aquella “verdad” no tenía el más mínimo asidero. La realidad mostrada por las fuentes, la cual presento organizada en tres tiempos de evolución, es en su esencia la siguiente:

1.- Tiempo inicial: de la concepción del proyecto a la primera detención de los trabajos (1956 al 23 de enero de 1958)

El de El Helicoide fue un proyecto exclusivamente privado, sin participación ninguna, oficial o extraoficial, del gobierno de Pérez Jiménez. Lo concibió el Arquitecto Jorge Romero Gutiérrez durante en año 1956, y para su realización se constituyó en 1957 una empresa, Helicoide C.A., resultante de la integración de cuatro compañías ya existentes: Arquitectura y Urbanismo C.A. del propio Romero Gutiérrez y en operaciones desde 1950; Ingenieros Venezolanos C.A., creada en 1949: Inmobiliaria Casado y Cía., registrada en 1952 e Inversiones Planificadas C.A., fundada en 1953. Cabe acotar que el Arq. Romero Gutiérrez con su organización, había llevado a cabo antes de 1956 proyectos como el Centro Profesional del Este y la Urbanización Club Hípico.
El proyecto, comentado y varias veces premiado internacionalmente por su avanzado diseño arquitectónico y su original plan urbanístico, buscaba dotar a Caracas de un gran centro comercial y cultural provisto de un amplio espacio de exposición de la industria automotriz; un gran “palacio” de convenciones; un hotel de primera categoría en el cual tendrían su asiento las oficinas de todas las líneas aéreas con operaciones en el país y que contaría en su azotea con un helipuerto para el traslado directo de pasajeros hacia y desde el Aeropuerto de Maiquetía; una sala múltiple de cine; salas de teatro, de exposiciones y de conciertos; restaurantes, bares y cafeterías y áreas de esparcimiento al aire libre. El proyecto preveía, además, un sistema integral de acceso y de circulación interna, con vías peatonales y para vehículos completamente separadas, rampas de circulación y estacionamiento vehícular dispuestas en espiral, ascensores inclinados y verticales, escaleras mecánicas y fijas, pasillos y plazas. Adicionalmente contaba con un plan de arquitectura paisajista, cuyo elemento principal era un paseo peatonal que uniría El Helicoide con el Jardín Botánico de la Ciudad Universitaria por los cerros de San Agustín.

Una vez establecida la empresa Helicoide C.A., en el curso de 1957 se dieron tres pasos en el desarrollo del proyecto: realización de un estudio de factibilidad económica contratado al Dr. Domingo Felipe Maza Zavala, quién habiendo sido retirado de la Universidad Central de Venezuela por su postura contraria al régimen pérezjimenista manejaba una oficina de asesoría; realización del estudio de suelos contratado al Ing. Oswaldo De Sola, años mas tarde Rector interino de la UCV, y avance del movimiento de tierras, el cual estaba por culminarse en enero de 1958. A raíz del derrocamiento de Pérez Jiménez el 23 de enero de ese año, los trabajos se paralizaron temporalmente.

2.- Tiempo de auge: del inicio del vaciado de concreto a la negociación de un crédito bancario internacional (26 de octubre de 1958 – 1960)

Entre fines de enero y mediados de octubre de 1958, con los trabajos detenidos, la empresa Helicoide C.A se ocupó de gestiones legales y administrativas y de tareas de organización interna. La más importante de sus actuaciones en este lapso fue el entablar negociaciones con la Junta de Gobierno presidida por el Contra Almirante Wolfgang Larrazábal Ugueto, en procura de acuerdos que permitieran reanudar la obra. Tales negociaciones dieron fruto, y el 26 de octubre de 1958 se realizó un acto especial denominado “inicio del vaciado de concreto” con el cual arrancó la erección de la estructura. El acto, reseñado en toda la prensa de circulación nacional, contó con la presencia de la Junta de Gobierno en pleno y fue bendecido por Monseñor Rafael Arias Blanco, Arzobispo de Caracas, quién había sido autor en 1957 de una Carta Pastoral con críticas al régimen pérezjimenista leída en todas las iglesias de la capital. La asistencia de la Junta gobernante a esta ceremonia, rubricó el más significativo de los acuerdos logrados entre ella y Helicoide C.A.: a cambio de la autorización para continuar sus actividades, la empresa debía absorber como trabajadores a un alto número de los desempleados inscritos en el llamado “Plan de Emergencia” el cual representaba una enorme carga financiera para el Estado. En cumplimiento de este compromiso, para el 26 de octubre de 1958 Helicoide C.A. manejaba una nómina de casi tres mil personas (3000) entre obreros –la inmensa mayoría- y empleados.
A partir de esta fecha y hasta fines de 1960 la obra avanzó con celeridad, realizándose cerca del 95% del total construido del edificio. Durante el mismo período Helicoide C.A. desarrolló una amplia y agresiva campaña publicitaria, la cual incluyó programas permanentes de radio, columnas fijas en los periódicos de mayor tiraje, reportajes cinematográficos, elaboración de diversidad de objetos con el logotipo de El Helicoide (vasos, llaveros, calcomanías...), la apertura de un Restaurante Bar, la promoción de eventos culturales como varios festivales de ballet efectuados en el Teatro Municipal, el apoyo a actividades deportivas entre ellas el impulso a la carrera de un joven prospecto del boxeo bautizado como Kid Helicoide y quién presumiblemente es Carlos “Morocho” Hernández y visitas a la construcción por parte de personalidades nacionales e internacionales entre las cuales destacó la hecha por el poeta chileno Pablo Neruda profusamente registrada en fotografías.

Tanto el avance de la edificación como la campaña publicitaria tuvieron en 1959 el respaldo básico de un crédito dado por un “pool” de bancos nacionales, luego de realizado un segundo estudio financiero esta vez contratado al Dr. Pedro Segnini La Cruz. Durante 1960 Helicoide C.A. solicitó un nuevo crédito, ahora a un grupo de bancos internacionales, el cual condicionó su otorgamiento a la existencia de un aval por parte del gobierno venezolano (para entonces, el de Rómulo Betancourt). La empresa tramitó el aval ante las instancias oficiales, sin obtenerlo; por el contrario, el gobierno de Betancourt decidió conceder directamente el préstamo a través del Banco Obrero y su Presidente el Dr. Luis Lander.

Junto al crédito bancario, Helicoide C.A. aplicó dos mecanismos adicionales para adelantar o financiar parte de sus trabajos: la obtención de materiales o servicios pagaderos a fecha fija con locales en el edificio y la venta de locales en plano, con adelanto de dinero, a ser entregados también en fecha fija. Era claro para la empresa que el cumplimiento cabal de estos numerosos compromisos a futuro dependía fundamentalmente de la fluidez y suficiencia del crédito bancario, y de allí su constante atención a los vínculos con las instituciones financieras privadas nacionales e internacionales. Desde esta perspectiva, que no contemplaba en absoluto acudir al apoyo oficial, la decisión del gobierno de Betancourt respecto al aval del crédito solicitado resultó para Helicoide C.A. “inesperada, injustificada y generadora de desconfianza” por lo cual hizo conocer su desagrado aún cuando acató en principio lamedida.

3.- Tiempo de crisis: de los litigios con el Banco Obrero y con los acreedores al juicio por quiebra y la paralización definitiva de la obra (1961 – 1962)

Las sospechas de Helicoide C.A. ante el inesperado rumbo impuesto por el gobierno a su segunda solicitud de crédito, muy pronto se vieron confirmadas por los hechos: cuando la empresa acudió al Banco Obrero a retirar los Bs. 16 500 000, 00 del préstamo, se encontró con la negativa del Dr. Luis Lander a entregarle el monto total de inmediato; por el contrario, el Presidente de la entidad oficial había nombrado una Junta Administradora ante la cual Helicoide C.A. debería hacer solicitudes de montos parciales aplicables a requerimientos específicos en cada ocasión. Los constructores rechazaron por completo esa y cualquier otra restricción que se pretendiera imponerles, y entraron en litigio con el Banco a fines de 1960.

El largo desarrollo de esta disputa causó demoras crecientes al avance de la obra, por lo cual la empresa entró en incumplimiento de sus compromisos con los proveedores de materiales y servicios que recibirían locales en pago y con los compradores por adelantado que habían abonado dinero. Hacia el tercer trimestre de 1961 todos los afectados por esta situación se constituyeron en Junta de Propietarios de El Helicoide, e introdujeron ante los tribunales competentes una demanda colectiva contra los empresarios. Al no resolverse la querella con el Banco Obrero ésta demanda fue convertida en juicio por quiebra a Helicoide C.A., y a comienzos de 1962 la construcción se paralizó definitivamente. En este momento el Estado venezolano se hizo custodio del edificio inconcluso, pasando a la condición de propietario en 1976 cuando, después de 15 años, culminó el juicio con una sentencia definitivamente firme contra Helicoide C.A. Como corolario de este capítulo final de la historia de El Helicoide en su proyecto original, cabe señalar que no sólo quebró la empresa sino también perdió la mayoría de los acreedores los cuales nunca fueron resarcidos.

Una vez expuesta la realidad de El Helicoide contenida en las fuentes, demostremos el carácter de fábula de la “verdad” consagrada.



LA “VERDAD” CONSAGRADA RESULTÓ UNA FÁBULA

Como ya he señalado, la “verdad” consagrada y oficial sobre El Helicoide comenzó a circular en 1961, justo en el tiempo de crisis de su edificación y al cabo de tres años de caída la dictadura. La indagación documental y hemerográfica demuestra de manera fehaciente que hasta el 23 de enero de 1958 se menciona al futuro edificio sólo como un proyecto impactante pero hasta la fecha limitado a planos y maquetas; que entre el 23 de enero y el 26 de octubre de 1958 prácticamente no se lo nombra y que de esta última fecha hasta fines de 1960 ocupa amplios espacios publicitarios y recibe la atención que merece una obra de su magnitud en proceso de construcción: elogios entusiastas, críticas de variado tono, palabras de admiración, sorpresa, escepticismo o aliento, pero ningún señalamiento que vinculara directamente la obra con la dictadura pérezjimenista. Sin embargo, aún con esa contundente realidad plenamente al descubierto en “la vida” y en los medios de comunicación, la especie se echó a rodar, cobró cuerpo y arraigó hondo en la conciencia y la opinión colectivas. Frente a este panorama, la hipótesis inmediata fue la de que se “fabricó” una fábula con el propósito primario de descalificar a quienes entraron en conflicto con el gobierno de Betancourt y a su proyecto, ligando a unos y otro con el régimen dictatorial derrocado tres años antes; estando el ánimo general sometido desde 1958 a una permanente inducción al rechazo automático y a la condena sin atenuantes de todo lo que “oliera” a pérezjimenismo, era fácil infiltrar cualquier falacia a través del discurso político insistente difundido por todas las vías posibles y convertirla en “verdad”. (Esta práctica, tan en boga en Venezuela durante los últimos seis años, es tan vieja como la humanidad, ¿no?).

Esta hipótesis no pudo sustentarse con algún documento oficial disponible para el público en el momento de la investigación; los documentos oficiales accesibles eran de carácter administrativo o del ámbito judicial. Sí se encuentran alusiones al supuesto pérezjimenismo de los directivos de Helicoide C.A. en el discurso político cotidiano entre 1961 y 1862. Pero tanto los documentos de Helicoide C.A. como los testimonios de sus miembros entrevistados, apuntaron absolutamente en la dirección indicada. En todo caso, junto a todo lo ya expuesto –especialmente la coincidencia en el tiempo entre el litigio Helicoide C.A. – Banco Obrero y la difusión inicial dela “verdad” consagrada- hay otro conjunto de elementos cuya evaluación abona también la hipótesis de la elaboración intencional desde el gobierno de Rómulo Bertancourt y/o desde Acción Democrática, de una fábula con trasfondo político y contribuyen a elevarla al rango de conclusión. Consideremos brevemente tales elementos:

1.- El litigio Helicoide C.A. – Banco Obrero se inició en un momento en el cual desde el gobierno y desde Acción Democrática se daba renovado impulso a una campaña de afirmación de la democracia representativa como el único sistema válido de funcionamiento social y político, contrapuesto y enfrentado a la dictadura y, también, al comunismo. Dentro de esa campaña se ponía especial énfasis en la “liquidación de los últimos vestigios” del pérezjimenismo, y la acusación de “amigo” de la dictadura ocasionaba efectos negativos inmediatos y por lo general irreversibles a quienes se les formulaba. El mecanismo acusatorio fue utilizado frecuentemente -con razón o sin ella- como vehículo de invalidación política o de descrédito personal contra no pocos ciudadanos;

2.- Los integrantes de Helicoide C.A., empresarios privados sin vínculos con el gobierno de Pérez Jiménez, fueron sí activos participantes en el proceso de crecimiento urbano y desarrollo de la industria de la construcción ocurrido durante la vigencia de dicho gobierno. Muchas personas que se encontraban en similares circunstancias, por asimilación ya habían tildadas de pérezjimenistas y sufrieron las consecuencias;

3.- El rigor aplicado por el Banco Obrero al manejo del crédito otorgado a Helicoide C.A. no tuvo equivalente en otros casos conocidos, lo cual conduce a pensar en un interés por obstaculizar o detener el desarrollo del proyecto creándole trabas artificiales. Esto, a su vez, denota desconfianza o reticencia del Banco, y del gobierno, frente a los beneficiarios, mal vistos por su trayectoria precedente;

4.- El rechazo de Helicoide C.A. a la medida del Banco Obrero de nombrar la Junta Administradora en lugar de entregar el monto total del crédito a la empresa, fue juzgado como un acto de rebeldía contra las decisiones de los órganos del gobierno democrático. Tal rebeldía, por extensión, podía considerarse como enfilada contra la democracia misma;

5.- La fábula se lanza a la calle, en el marco de la campaña comentada, precisamente cuando el acto de rechazo –o de rebeldía- contra la medida restrictiva del Banco Obrero tuvo lugar;

6.- En definitiva, ¿qué sentido podía tener la creación y rápida difusión de la fábula en dicho momento, sino el de descalificar al proyecto y a sus realizadores para justificar el represamiento de los fondos y la detención de la obra?

Hasta aquí la presentación del tema El Helicoide: fábula y realidad, en lo atinente al proyecto original concebido por el Arquitecto Jorge Romero Gutiérrez. De seguidas haré una breve reseña de la realidad del edificio entre 1962 y 2004.



EL HELICOIDE DE 1962 AL 2004

Desde la paralización definitiva de la construcción original en 1962, se han formulado varios nuevos proyectos para reactivar el edificio y se han realizado algunas ocupaciones no planificadas:



1.- Proyecto para el Cuatricentenario de Caracas.

Propuesto en 1964, durante el gobierno de Raúl Leoni, mantenía las ideas básicas del proyecto original excepto en lo relativo al hotel con helipuerto. Pretendía inaugurar el edificio durante el Cuatricentenario caraqueño en 1967. No llegó a iniciarse.



2.- Proyecto Centro Simón Bolívar – Arquitecto Oscar Tenrreiro

Propuesto en 1973, durante el primer gobierno de Rafael Caldera, por el Presidente del Centro Simón Bolívar Manuel Rafael Rivero y el Arq. Oscar Tenrreiro. Incluía la instalación en la estructura de la Biblioteca Nacional, el Archivo General de la Nación, la Imprenta Nacional, un Museo Nacional de Historia y un Museo de Ciencias. No llegó a iniciarse.

3.- Proyecto del Arquitecto Carlos Celis Cepero.

Propuesto en 1975, durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, por el Arquitecto Carlos Celis Cepero. Comprendía un Centro Automotriz, un Palacio de Espectáculos, un Centro de Exposición del Comercio y la Industria, un Club de Propietarios, una Central de Radio y Televisión, un Centro Comercial, un Museo Latinoamericano de Arte, un Multicine, un Centro Bancario Nacional, un Centro Nacional Consular, un Centro de Turismo Internacional y un hotel de 350 habitaciones. No llegó a iniciarse.

4.- Ocupación “temporal” no planificada de 1979

Decidida por el gobierno de Luis Herrera Campins con el propósito de albergar transitoriamente a unos 300 damnificados por las lluvias. La transitoriedad se hizo permanencia para la mayoría.

5.- Ocupación masiva no planificada de 1980 – 1982

A los 300 damnificados originalmente instalados el gobierno de Luis Herrera Camping sumó algunos mas y luego comenzaron a presentarse por su cuenta grupos de personas que también quedaron alojadas en trailers, pequeños galpones y hasta ranchos. Para comienzos de 1982 había en El Helicoide mas de 12000 habitantes y la estructura era zona roja de alta peligrosidad, refugio de delincuentes, área de prostitución, venta y consumo de drogas y venta ilegal de bebidas alcohólicas.

6.- Proyecto de Museo Nacional de Historia y Antropología y Complejo Cultural.

Propuesto en 1982, también durante el gobierno de Luis Herrera Campins, por el gobernador del Distrito Federal Rodolfo José Cárdenas. El Museo estaría dotado de salas de exposición, un Centro de Información y Documentación, un Centro Audiovisual, un Centro de Conservación y Restauración, depósitos y dependencias administrativas. El Complejo Cultural, por su parte, constaría de teatros, cines, salas de exposición y de conciertos, talleres para artistas y artesanos, librerías, discotiendas, Centro de Convenciones, plazas, restaurantes, bares, cafés y locales comerciales. Este proyecto sí llegó a iniciarse, siendo sus logros más significativos los siguientes: desalojo total de las mas de 12000 personas establecidas en la edificación; limpieza total, interior y exterior, de la estructura; ubicación, rescate e instalación de la cúpula metálica que hoy corona el edificio, la cual había permanecido depositada desde 1959 – 1960 en las instalaciones de la empresa Lorenzo Bustillos y Cía. en Guarenas y realización de la investigación sobre la historia de El Helicoide que dio origen al presente trabajo. El proyecto se paralizó en 1983;



7.- Ocupación parcial no planificada de 1984 – 1990

A partir de 1984, con mucha lentitud y sin responder a un proyecto global, se fueron instalando en la edificación algunos organismos del Estado, él más importante de los cuales es la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención Disip. Por este motivo, durante el alzamiento militar del 27 de noviembre de 1992 hubo fuego aéreo contra la estructura y respuesta antiaérea desde ella.



8.- Proyecto parcial de la Universidad Bolivariana de Venezuela.

Desde el año 2003 la Universidad Bolivariana de Venezuela ha venido habilitando espacios para su funcionamiento docente y administrativo. Este proyecto parcial se encuentra en “pleno desarrollo”.



LAS FUENTES DE ESTE TRABAJO

Como ya indiqué, durante la investigación se consultaron fuentes documentales, hemerográficas fotográficas y testimoniales.

1.- Fuentes documentales.
Las fuentes documentales se localizaron en cuatro repositorios: Archivo de Helicoide C.A., Archivo del Instituto Nacional de la Vivienda Inavi (sucesor del Banco Obrero), Registro

Mercantil de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda y Tribunal 3º. de

Primera Instancia en lo Mercantil de la misma Circunscripción. Dichas fuentes fueron:

a.- Documento de Registro de Helicoide C.A.
b.- Estatutos Sociales de Helicoide C.A.
c.- Documentos contentivos del proyecto del Arq. Jorge Romero Gutiérrez.
d.- Libros de Actas de las reuniones de Helicoide C.A.
e.- Documentos relativos al funcionamiento administrativo de Helicoide C.A.
f.- Documentos relativos al estudio de suelos de 1957.
g.- Documentos relativos a las gestiones financieras de Helicoide C.A. tanto en el

país como en el exterior.
h.- Documentos relativos a la relación de Helicoide C.A. con el Estado venezolano.
i.- Documentos relativos a los aspectos técnicos de la obra, incluyendo planos.
j.- Documentos relativos a los planes de promoción y publicidad de Helicoide C.A.
k.- Documentos relativos al impacto del Proyecto Helicoide en el exterior.

l.- Documento de Condominio de El Helicoide de la Roca Tarpeya.
m.- Contratos de venta adelantada o en plano de locales.
n.- Contratos firmados por Helicoide C.A. con diversas empresas.
ñ.- Documentos relativos a algunos conflictos tenidos con vecinos.
o.- Documentos de demanda contra Helicoide C.A.
p.- Documento de quiebra de Helicoide C.A.

2.- Fuentes hemerográficas.
Las fuentes hemerográficas fueron consultadas en la Hemeroteca Nacional, la Hemeroteca de la UCV y el Archivo del diario El Nacional.

a.- Diarios El Nacional, El Universal, La Esfera 1948 - 1963
b.- Revistas Elite 1948 – 1963, Billiken 1948 – 1958, El Farol 1948 – 1958, Momento.

3.- Fuentes fotográficas.

Más de 3000 fotografías conservadas en su estudio de Sabana Grande por el Sr. Jacky, quién fue contratado a cambio de dos locales para hacer el registro del avance de la obra día a día a partir del 26 de octubre de 1958 (inicio del vaciado de concreto).



4.- Fuentes testimoniales.

Personas entrevistadas en el propio Helicoide, en sus oficinas o en sus casas. El programa no pudo cumplirse completo por varias causas: no localización de algunos posibles entrevistados; fallecimiento de otros y paralización del trabajo. La lista de los sí entrevistados es, sin embargo, bastante representativa:



Arq. Jorge Romero Gutiérrez; Arq. Pedro Beuberger; Arq. Dick Bornhorst; Arq. Pedro Pablo Azpúrua; Sergio Casado; Dr. Rafael De Monteys; Fotógrafo Jacky; Dr. Eduardo Gallegos Mancera;



(*) Manuel Beroes Pérez, Lic. en Historia UCV 1968.
Investigador en Cendes UCV, Proyecto Helicoide, Funres.
Coordinador de Investigación en Congreso de la República: Oficina de Investigaciones Históricas y Políticas, Colección Pensamiento Político Venezolano del siglo XX y Proyecto
de Restauración Integral del Palacio Federal Legislativo (Capitolio).
Docente en Maestría Planificación Cendes (regular) y Mestría en Restauración de Monumentos, Fac. Arquitectura UCV (invitado 1 semestre)
Publicaciones.
Miembro del Consejo de Redacción de la Revista Tierra Firme


viernes, 29 de octubre de 2010

Un soneto de Aquiles

Cuando en 1949 murió el viejo Donzella, otro máximo del humorismo y finísimo poeta, Aquiles Nazoa, le dedicó el siguiente soneto, en la primera plana de "El Morrocoy Azul".

También tú te nos marchas, buen [Donzella

te vas de esta Caracas tuya y mía

que bebió en sus sifones la alegría

de los tiempos del coche [y la zarzuela.

"Todo se está acabando [en Venezuela",

me dijiste en La Torre cierto día,

recordando unos versos [al tranvía,

en que yo hablé de "tu mejor [clientela".

Y dijiste verdad: feliz testigo

de un tiempo que pasó; [junto contigo

se muere un poco [de local historia.

Descansa, pues, [en paz, mientras [sin llanto

bajo el cielo de marzo [yo levanto

una amable cerveza [a tu memoria.


LA INOLVIDABLE CERVECERÍA DONZELLA

Crónicas universales





Caraqueñísimo recinto de alegría y cordialidad era la famosa y singular cervecería que reunió a tres generaciones de venezolanos que la disfrutaron, mereció elogios de escritores y humoristas y menciones en la música como la "media lisa" de Billo, crónicas, caricaturas y sonetos

Por muchos años, hasta 1952, fue la Cervecería Donzella un caraqueñísimo rincón que derramó sus sifones, destapó sus botellas y llenó sus "lisas" y "medias lisas" para tres generaciones de venezolanos de nacimiento y de adopción. Grato refugio que se convertía en oficina, centro de negocios, sucursal de redacción de los periódicos, estafeta de correos, banco y hasta casa, préstamos y de infalibles "flaos", por la calidad de la clientela y la criollísima bondad del "Catire" don Pepe Donzella.

Origen de la Strich

La Cervecería Donzella tuvo su también histórico antecesor en la Cervecería Strich, donde J.J. Donzella se inició en el rito de la espuma lupulosa y cebádica, como hombre de confianza de Gustavo Strich. El popularísimo negocio estaba ubicado nada menos que en toda la esquina de La Torre, frente a la plaza Bolívar, la Catedral y el hermoso edificio Washington, demolido, como tantas casas y cosas en Caracas. Por allí pasaba todo el mundo, ante un permanente chorro de cerveza y otro de cordialidad, respeto y buenas maneras que imponen la elegancia y el buen equilibrio de la cultura etílica. Eran de alta categoría las tertulias, en éstas intimaban literatos, artistas, comerciantes, actores teatrales nacionales y de compañías extranjeras, toreros, deportistas, agentes viajeros, músicos de alcurnia en los pentagramas y también pimientosos "cañoneros" e integrantes de la nómada tribu de la llamada orquesta "vente tú..." (porque en la esquina de La Torre, quien iba a poner una fiestecita se acercaba al grupo y escogía así: "vente tú, vente tú...") En Strich primero y en Donzella después imperaba la más absoluta camaradería e igualdad, desde un canciller u otro alto personaje hasta el muy popular y jacarandoso "Muda e' Gallo".

"Lisas" y "medias" cerveceras

Las cervezas eran servidas en grandes copas llamadas "pumpás", como era el nombre criollo de alto sombreros precisamente de copa o chistera, bautizado en Venezuela como "pumpá". La cerveza pequeña también tenía nombre de sombrero y así se les pedía a los fraternos mesoneros Mira, chico, traeme otra "camarita".

Después vinieron las "lisas". El origen de este nombre radica en la primera Guerra Mundial. Por la guerra empezaron a escasear los grandes tarros bautizados como "pumpás" y "camaritas". Como dejaron de venir de Alemania, Strich y Donzella tuvieron que poner en uso unos tarros lisos, sin cortes, sin adornos y sin las tapas de los tarros alemanes. Eran, simplemente, unos vasos, y quienes preferían el cristal más delgado y liviano de los nuevos empezaron a diferenciar al pedir sus néctares de cebada y lúpulo.

Mira lupero: dame una bien fría, como "jocico" de foca, en un vaso liso.

O pegándole "chapa" y grito a un veteranísimo:

íAh, "Cochino e' Monte": la mía en unos de esos bichos lisos...!

Y así, poco a poco, se fue imponiendo lo femenino en esa catira de alba melena que es la cerveza.

Viejo Soto, dame una lisa.

En criollo quedaba bautizado el sifonero vaso cervecero. Y también la "dosis" pequeña como "media lisa", que además valía medio real. Ha sido rotundamente recordada por el gran caraqueño de adopción Billo Frómeta en una de sus pimientosas y nostálgicas piezas. Al correr de los tiempos comenzaron a imponerse los botellones, las jarras, las medias jarras y los tercios.

La Cervecería Strich estuvo como expuse en la esquina de La Torre y luego de Torre a Madrices. Cuando Donzella le compró a quien ya era su compadre, se mudó frente a la plaza, en el local del edificio Washington, exactamente frente al sitio de la retreta, en años veinte. Cuando le pidieron dicho local se instaló cerquita: de Principal a Conde. Y en la Navidad de 1937 inauguró el gran local de Principal a Santa Capilla donde hoy funciona la prefectura establecimiento que mantuvieron los hijos Gustavo y John hasta 1952.


Fuente : Reportaje de Carlos Eduardo Misle "Caremis" para la revista Elite del Año 1961