#Caracasen450
La Bolsa a San Francisco años 30 |
“La Esquina de San Francisco es el punto de reunión de los diversos agentes, propietarios de fincas, de negocios, de empresas, de comercios, una especie de Cámara de Comercio o de Bolsa de Valores al aire libre. Allí se discute y se lleva a cabo cualquier clase de transacción financiera o comercial: desde la venta de una sortija por quinientos bolívares, hasta la compra de un aeropuerto, un edificio de varios pisos o cinco mil vacas lecheras. Frente a esta esquina refrescada y embellecida por la sombra de un inmenso árbol milenario, está el Capitolio con sus románticos jardines y en su lado sur se levanta la iglesia de San Francisco.
Cualquier mujer <> que camine por estos lugares sin recibir siquiera media docena de piropos, puede tener la certeza de que, si es soltera, se quedará para <>, la ocupación apropiada y confirmada para las solteras locales. Si fuera casada, debe empezar a buscar una nueva fórmula para sujetar el amor de su esposo. Los piropos son el termómetro de la belleza, el encanto y la juventud de una mujer venezolana.
Un día de semana en la Caracas de los 30 |
La práctica y conocimiento de los galanes de San Francisco es tal que pueden prescindir al instante el rasgo bello, el detalle resaltante, la cualidad escondida. A una feúcha con bellos brazos le dirá en alta voz: <
Un bromista le dirá a una joven con un traje negro con rayas blancas a lo largo: -Tan linda y la metieron presa. ¡Dáme [sic] el número de tu celda y esta noche te llevo flores!
A una morena de lindo cuerpo, le dirán una palabra de moda:<< No hay duda … eres ¡un blitzkrieg!>>.
Cuando cruce la calle de la Universidad oirá decir: -Por aquí viene un explosivo con el arma secreta de la guerra europea.
En el barrio del mercado le dirán:
-¡Qué mujer, Santo cielo! Es pura pimienta, pimienta pura…
Aquellos que tienen menos imaginación, compararán las mujeres a las flores: <> .. <>.. <>…<>.
Mercado de San Jacinto años 30 |
Los ciudadanos de países prácticos, como los Estados Unidos, por ejemplo, se preguntarán que finalidad tiene esta prodigalidad de juegos de palabras, símiles y palabrería.. ¿Finalidad? Ninguna. El hombre que piropea a una mujer no tiene ninguna intención bien definida, ninguna finalidad que pudiera llamarse concreta, ninguna angustia de llegar a alguna parte, ninguna esperanza de alcanzar un lugar preciso…No está esperando que la que recibió el piropo callejero lo reconozca, le hable le sonría. Todo esto es posible, pero no probable. No espera nada. Es totalmente desinteresado. Sencillamente tiene una necesidad ancestral de expresar sus pensamientos en alta voz. Es como un rito, lejano; como una forma de exorcizar el .”
¿Qué piropo llevarían estas hermosas turistas? |
¿Y. estas hermosas jovencitas? |
Fuente: “Bajo esos techos rojos” de Olga Briceño de Alfaro
Pág. 143 y 144- Este Libro fue editado por primera vez en inglés en Estados Unidos durante los años cuarenta. Olga Briceño nos invita a un amable recorrido por la Caracas anterior a 1935.
Muchas gracias a Jorge Peña por este hermoso regalo.
Imágenes tomadas del grupo facebook Caracas en Retrospectiva gracias a la colaboración de Carlos Lachica
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