domingo, 3 de abril de 2011

Soldados en 1857

" Saliendo de la Plaza , en la esquina opuesta a la oficina del telégrafo y cerca de la casa de Gobierno, está el cuartel, en cuyas cercanías se ven muchas clases del ejercitoVenezolano. Parémonos a admirar a estos "baulartes de la Constitución". Un oficial de brillante uniforme esta tendido en un banco en la puerta; es blanco. Tirados en el sueloen todas las actitudes que pueda imaginar la pereza, hay cerca de 20 soldados indios y negros; su traje es una chaqueta corta, mugrienta, de color marrón o azul, y pantalones con una raya roja, mientras que una cartuchera y un viejo mosquete les dá todo lo que tienen de aspecto militar.

Si son reclutas nuevos puede ser que tengan zapatos y algunas veces también se conocen por tener camisas. Les pagan un real al día por ración, cuando les pagan; si necesitan más lo piden. Cerca de mil seiscientos individuos de esta clase guardan a Caracas y toda la fuerza del país es de cerca de 6.000. El modo de reclutar, según  mi amigo oligarca, es muy sencillo. Unos pocos soldados recorren el País, prendiendo todo lo que encuentran que no tienen amigos o que no pueden pagar para libertarse, los traen a la ciudad donde con frecuencia los siguen sus familias y de repente se encuentran convertidos en adictos defensores de la república! Esto mismo se hizo cuando se proyectó construir la casa de la Plaza San Pablo, los sargentos reclutaron gran cantidad de albañiles y es realmente admirable cuan diestros son para construir esta criaturas guerreras!
La hora en que el soldado se hace oír y sentir en Caracas, es después de las díez de la noche, cuando al pasearse usted oye su retumbante ! quién vive! al que contesta inmediatamente, si se sabe cuántas son cinco: "Venezolano". El centinela gritará otra vez: "¿Qué gente?" y usted contesta : "Ciudadano" y después de esta mentira lo dejará pasar de un lado al otro de la calle. Si usted no contesta corre el riesgo de encontrarse con una bala o recibir lo que dice nuestro ministro que recibió una vez por dar su título en lugar de decir que era ciudadano venezolano: un pinchazo del sable del centinela que no entendía diplomacia y que sólo sabía que la respuesta estaba fuera de orden.

Quisiera que mis lectores pudieran ver marchar estos soldados durante las procesiones de semana santa; pero la música y el trágico paseo han degenerado una especie de arrastradera de pies al   compás de la triste fanfarria que persiste en tocar desafinadamente; las cabezas y los hombros se mueven de un lado al otroal cmpás de esta marcha extraordinaria:  esto debe verse pues escribirlo es imposible.

Fuente
La Pintoresca Caracas
Descripciones de Viajeros/Nº24
Colección viajes y Descripciones
Caracas En 1857
Anónimo/ Pág. 259/260



Soldados de Cipriano Castro
1900
Library Of Congress


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