Desde hace un tiempo he tomado la iniciativa de transcribir artículos de vieja data, cuyas hojas amarillentas prácticamente se encuentran ilegibles,en esta ocasión debo las imágenes que acompañan el texto.
“Con una fama tan perdurable como
imborrable es el nombre, el "Puente de Hierro “empezó a ser parte de Caracas,
a mantenerse en su historia, a ser testigo de la más radicales transformaciones
a partir de su pomposa inauguración de 5 de julio de 1875.
El materia de su estructura-toda
una gran novedad de la capital de un país que localizaría tanto hierro- se
impuso como nombre, o apellido, de tan famoso puente por encima de la
nomenclatura oficial. Fue bautizado pero nunca recibió el nombre guzmancista de
Puente de la Regeneración. Lo de regeneración sólo quedó como nuevo nombre para
una esquina vieja, la de la margen izquierda del Guaire, que para un entonces
como aquél, tenía profundidades de hasta dos metros y sus calamitosas
agresividades que a su vez remonta a precolombinas guazábaras o embarcaciones
coloniales que lo convertían en autopista de agua.
A LAS 5 DEL 5 DE 1875
Fue el puente de la Regeneración
una de las numerosas obras que enorgullecieron a la administración de Guzmán
Blanco, quién las aludió en su discurso del Palacio Federal. Con gran
concurrencia la obra fue inaugurada a las cinco de la tarde. El ingeniero
Luciano Urdaneta, a cuyo cargo estuvo, hizo entrega al Ilustre Americano, quién
al declararlo solemnemente inaugurado atravesó el puente, seguido por su muy
vistoso Regimiento de la Guardia, cuyos caballos caracolearon alegremente a la
margen izquierda del Guaire, duelo y señor de un sitio ineludible para el paso
hacia los valles del Sur.
EL TERRIBLE GUAIRE
Numerosos han sido siempre los
puentes de la ciudad de cuatro ríos e infinidades de arroyitos y quebradas que
atraviesan este valle del Avila, que es un hermoso y también curioso valle.. Surcado
de precipicios. No es el caso enumerar hermosuras coloniales como el pastoreño
Carlos III, sobre el Catuche desde 1782, o el Anauco, sobre las aguas de este nombre
desde 1791, expuestos a las eventuales furias de los inviernos pero tan
resistentes por el prodigio de su construcción; puentes que no pasaron por los
sofocos o las destrucciones de otros sobre el Catuche, el Caroata, el Anauco,
el Sebucán, el Caurimare o los 22 puentes urbanos o rurales-y de todos los
tipos- que se alzaban sobre ese "enfant terrible" que siempre ha sido
el Guaire.
CURAMICHATE
Y "IRON BRIDGE"
Vale- eso si- la pena de tratar
un poco sobre el Puente de Curamichate, antecesor cronológico y digamos social
del Puente del Hierro, que perdió también este nombre para quedarse en
"Puente de Hierro o "Puenteyerro", en la tajante pronunciación
caraqueña.
Lo del Puente de la Regeneración
quedó para la historia y quizá ni para eso, pues un político de 34 años de su
edad tenía cuando el puente fue inaugurado- y él se inauguraba como
historiador: González Guinand- lo alude en su "Historia Contemporánea de
Venezuela" como "Puente de Hierro". Es decir como el "Iron
Bridge" impreso en la "Post-Card" finiseculares que se vendían
en los kioscos del mercado y en los negocios del Pasaje Ramella para que los
turistas nacionales presumieran de "las cosas de Caracas". O para que
los viajeros internacionales enviaran un "ricordo" o
"greeting" de un pintoresco sitio de una encantadora villa
suramericana, tan descrita y elogiada en cuatro centurias por gobernadores como
Pimentel, cronistas como Oviedo, sabios como Humboldt, diplomáticos como
Lisboa, viajeros franceses como Deponso Dauxion-Lavaysse, Ingleses como
Eastwick, norteamericanos como Stanford o Curtiss, españoles y canarios como
Isidoro Romero ( de fines del siglo (XVIII) O Diocleciano Ramos y García, a
principio de este sorprendente siglo XX que ya dobló la esquina.
A través de los siglos, a Caracas
la han reverenciado en incontables obras, tratados, versos y epístolas.
Tratando de poetas y así a grandes rasgos
dos muy grandes, el cubano José Martí ye l colombiano José Asunción Silva, conocieron y cabalmente
han descrito - en forma literaria o epistolar- aquella Caracas en la que el
"Puente de Hierro" era obligado y pintoresco rendez-vous como lo
había sido el Puente de Curamichate, tan de moda desde su inauguración el 14 de
agosto de 1873 con un infalible discurso de Guzmán: Obras de pueblo son este
Puente, como todas las demás que se realizan en la República."
Revista Momento
1967
Imagen y Noticia de Caracas, año 1958, autor Guillermo Jose Schael |
Gracias Sra :Maria por sus reportajes, tengo 66 años ,no vivi esa epoca pero de niño y adolecente , estudie en la escuela tecnica de los mecedores , liceo andres bello ,y vivia en el cementerio ( lado de los Vivos ) y si recuerdo varias estructuras ya viejas y descuidadas.
ResponderEliminarMe parece impresionante los que uno puede aprender
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