Según el Libro "Reminiscencias" de José García de La Concha publicado en 1962, "Los santos más venerados para estos días eran: El Domingo de Ramos, el Jesús del Huerto, de la Capilla de la Trinidad; el lunes, el Jesús en la Columna, de La Candelaria. Para el martes, La Humildad y la Paciencia, de Catedral; el miércoles, los Nazarenos de Santa Rosalía y el de San Pablo; el Jueves el Cristo de Burgos, en la Altagracia, y para el viernes, la gran solemnidad de la Dolorosa y el Santo Sepulcro de San Francisco.
Siguiendo siempre las viejas costumbres, los caraqueños se reservaban sus mejores trajes para lucirlos en Semana Santa, y no solo eso, sino que sastres y modistas estaban atareados por aquellos días.
Los jueves y viernes Santos no circulaban los tranvías ni los coches de alquiler, y desde el jueves al mediodía cerraban los negocios hasta el sábado después del Aleluya.
Sin embrago, ya no se usaba en las damas la “saya” de nuestras abuelas, que consistía en un fastuoso vestido negro de seda y terciopelado y blondas y lentejuelas, pero si vestían con lujo, y los hombres todavía lucían sus levitas y pumpás, naturalmente, los mayores, porque los jóvenes solíamos estrenar un buen terno."
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