miércoles, 11 de octubre de 2017

Sabana Grande Via Veneto


"Desde el 6 de octubre, por decisión de la Gobernación del Distrito Federal, la Prefectura del Departamento Libertador y la Dirección Nacional de Tránsito, el kilómetro y medio que mide Sabana Grande ha quedado convertido en la noche de los viernes y sábado, en un inmenso paseo que no tiene nada que envidiar- según el Gobernador Valera- a Vía Veneto de Roma. El cierre del tránsito constituye una indudable victoria para los peatones y una derrota para los conductores. Los peatones, cuando sonaran las 9,30 de la noche del viernes, no sabían, al principio qué hacer con tanta calle por delante,  pero las calles paralelas de la Avenida Abraham Lincoln (que es como se llama de verdad Sabana Grande) se volvieron una galleta de carros y los cornetazos no dejaron de sonar hasta horas de la madrugada, con el consiguiente disgusto de los vecinos de esas calles. Claro que el remedio lo tienen la mano: salir a pasear por Sabana Grande.


Al dar las nueve y media del viernes, la verdad es que Sabana Grande se caracterizaba por ser un gran paseo lleno de policías a pie y de a caballo que se movilizaron para hacer cumplir las órdenes del Gobernador, pero en cuanto el público- sobre todo los niños- se dieron cuenta que la calzada era también para ellos, cuando hasta entonces habían sido solo dueños de las aceras, se fueron echando a la calle poco a poco y se formó un sabroso paseo por el medio de la carretera, sólo interrumpido por las rayas blancas que cruzan la avenida de lado a lado. Grupos de pavitas con pantalones, novios del brazo, familias enteras pasearon por el nuevo Boulevard cuyas tiendas se veían engalanadas y llenas de luces multicolores como en los mejores días de Navidad"



Imagen tomada del Blog del Museo del Transporte 

Fuente:
Revista Momento 1967  

sábado, 7 de octubre de 2017

Los días que Estamos Viviendo y los Otros Días...

Guillermo José Schael


"Caracas, mayo de 1963- Siempre hay temas de que escribir en una mesa de redacción. Sabemos que por estos tiempos apasionan los de política. La mayor parte de la gente desea leer notas incisivas contra personas o instituciones. Algunas veces la crítica sirve para corregir errores o fallas de la administración pública, pero por lo general no es así. Miles de cuartillas se han escrito, por ejemplo, contra la violencia y otras tantas pidiendo observar la Ley. Todo ha sido y es inútil. Sigue la violencia, el desacato a la ley por ambas partes, la destrucción de los árboles, aumenta el número de niños abandonados, prolifera el desempleo. Vivimos casi bajo el signo de la desesperanza. Son cada día menos los que tienen fe en el porvenir. No pocos periódicos transmiten angustias y despiertan ansiedad, lo mismo que la radio y otros vehículos de difusión. Y para colmo, los grandes del mundo cuando hablan desde Washington o Moscú es para desafiarse. No pueden siquiera llegar a un acuerdo sobre el desarme. El Papa agoniza en Roma. Tiene razón el Dr. Ruíz Rodríguez. Rara vez se puede leer una buena noticia. La mayor parte son malas: muertes, asaltos, epidemias, inundaciones, hambre. Diríase que la humanidad está en crisis. Tal vez enfrentándose a la más grave crisis de su historia.
Muchos de los lectores de El Universal son suscriptores desde hace cuarenta años, pensamos que a no pocos les agradará como a nosotros evocar el tiempo viejo. A veces es la alternativa para eludir el encuentro con tantos hechos desagradables. A veces pasamos hasta dos horas en el Archivo. Allí están las crónicas amables de Rafael Sylva-Lino Sutil- en las cuales nos habla de un paseo en tranvía por El Paraíso, o escribe sobre una noche de gala en el Teatro Nacional con motivo al estreno de la opereta "El Conde de Luxemburgo".

En Caracas casi todo ha desaparecido: las tapias, los jardines y hasta el espíritu de sus antiguos habitantes. Las evocaciones de aquel tiempo no dejan de tener simpatizantes en proporción inversa a la mar de conflictos y dificultades de la época. La gente vive como de mal humor. Por un detalle insignificante como el de un automovilista que avanza en una boca-calle hemos escuchado entre conductores el cruce de ofensas de la peor calaña. Los viejos periódicos recuerdan a los generalmente corteses aurigas de "La Principal". En aquel tiempo los maestros albañiles usaban pajilla y bastón, y eran buenos padres de familia. Muchos venezolanos que lograron alcanzar destacada posición en la industria o en la vida profesional habían sido educados y formados en medio de grandes sacrificios y desvelos por esos trabajadores de la época en que todavía no había hecho su aparición el petróleo.
No es sólo la sensación de quietud que produce el repaso de los sucesos de aquella ciudad aldeana de pedro Elías Gutiérrez, sino que afluye como nota reconfortante al espíritu atribulado el romántico testimonio verificado de Víctor Racamonde, los anuncios del Ford que por primera vez hace su entrada a San Francisco de Apure en el verano del año 1920, las incontables y graciosas gacetillas de "Ecos y Notas" con las picantes anécdotas de Víctor Modesto Franklin - El Conde de Roca Negras- o de Guillermo de Austria el de la Crónica Taurina en aquellas largas y tediosas tardes caraqueñas, cuando los redactores tenían sobrado tiempo para contemplar la lluvia desde los balcones gradilleros y poner luego fin a la jornada con un suelto delicado a la "hermana agua", pertinaz y emparamadora en aquello aguaceritos blancos.

De los que no queda duda es que estos periódicos pasados por las amarillentas páginas sirven maravillosamente muy bien para entretener por momentos los ánimos conturbados frente a estas horas depresivas y un tanto azarosas de los días que estamos viviendo"




Fuente: El Universal 
Mayo 1963

jueves, 5 de octubre de 2017

Un Bosque en el Corazón del Este

Para Jorge Peña.

"En pleno corazón del Este caraqueño, había hasta hace poco una hacienda histórica. "Sans Souci", a la salida de Chacaíto, al otro lado de la quebrada del mismo nombre, por donde Humboldt tomó el camino que lo llevó a la cresta del Avila. La histórica mansión había desaparecido, vencida por el progreso, pero el parque permanece, 35.000 metros cuadrados de árboles umbrosos, el único islote verde importante entre el parque Los Caobos y el Parque del Este. Allí se está levantando, está concluido ya parcialmente, uno de los más hermosos y amplios conjuntos residenciales de la ciudad de Caracas.


Ese enorme bosque privado es un privilegio único que tendrán los habitantes de Sans Souci, sin que por otra parte les produzca gasto alguno por concepto de riesgo, ya que el conjunto posee agua propia para ese fin. 

La extraordinaria ubicación de Bosques Sans Souci en el centro mismo de Chacaíto permitirá a sus pobladores el acceso directo a todos los servicios necesarios para la comodidad de cada cual. Disfrutarán del acceso peatonal a la mejor zona comercial del país, por su cercanía a Sabana Grande, donde están los mejores cines, tiendas, restoranes, además de iglesias, escuelas, etc. Y todo esto a partir de una maravillosa zona verde de uso privado que los protegerá de la congestión ciudadana. 
En  Bosques Sans Souci hay cuatro tipo de apartamentos requerido para los caraqueños, cada uno de ellos a un precio y unas condiciones de financiamiento que los pone al alcance de los rectores de ingresos medios, aunque los apartamentos son por sus propias características y por la inigualable ventaja del parque que los rodea, superiores a todos los demás que se ofrece por el mismo precio.
Típicamente, el apartamento de dos dormitorios tiene un precio de venta de Bs. 69.500,00 con una cuota inicial de Bs. 14.000 (o Bs. 9.800 y un plan acorde a sus posibilidades), sin ninguna de las elevadas cuotas anuales que suelen exigir otros proyectos de propiedad horizontal, y con el saldo en 20 años en cuotas mensuales de aproximadamente apenas Bs.554, 00. Los apartamentos de cuatro dormitorios cuestan Bs.100.000, 00; los de tres dormitorios bolívares 85.000; los de uno Bs. 50.000. En cada caso con facilidades de pago comparables.

 Los propietarios de estos apartamentos tendrán un lujo poco usual en la Ciudad de Caracas: vivir en el corazón de una zona comercial y llena de servicios, con todas las comodidades que esto supone; y al mismo tiempo sentirse en pleno campo, cuando se asoman a sus ventanas y observen el bosque que los rodea, o paseen con sus hijos en medio de los altos árboles que con su sombra proyectan la imagen de una Caracas que fue.




Fuente: Revista Momento
1968