miércoles, 2 de diciembre de 2015

Maestro Vicente Emilio Sojo celebra 68 años de vida

El día 08 de diciembre se conmemora el natalicio del maestro Vicente Emilio Sojo, aprovecho la ocasión para compartir este hermoso material que encontré en la "Revista Elite" del mes de diciembre de 1955, cuando el maestro celebraba sus 68 años de edad.





Los 68 años del Maestro Sojo

"El gran compositor de música, el gran propulsor de ese admirable arte, el gran director de orquesta y el gran pedagogo, maestro Vicente Emilio Sojo acaba de cumplir sesenta y ocho años. Toda su vida no ha sido otra realidad que una entrega a la profunda ciencia del sonido, y sus producciones, destinadas al culto católico, a las interpretaciones de Cámara, a la canción,  a la eclosión sinfónica, recorren ya los países del mundo, llevadas por la gran inspiración que encierran. Fundó el "Orfeón Lamas· y luego la "Orquesta Sinfónica de Caracas", uno de los conjuntos más valiosos del continente. 
Hoy dirige la Escuela Suèrior de Música de esta Capital. En la fotografía aparece con los artistas Benjamín Pérez y Martínez del "Orfeón Lamas".

Cabe destacar que el escrito Alejo Carpentier expresó en 1951 lo siguiente: "Alejo Carpentier

Venezuela es el País que puede mostrarse orgulloso de haber conservado, con sorprendente vitalidad y carácter propio, la tradición encantadora de los villancicos, aguinaldos y parrandas, que en un tiempo acompañaron, en todo el mundo cristiano, las festividades pascuales. Y digo que “en un tiempo acompañaron…”, porque sorprende, en verdad, que una costumbre tan grata, fuente de la más tierna invención melódica, propiciadora de las coplas y pastorelas de una deliciosa poesía, haya desaparecido tan completamente de ciertos países donde esa tradición existió hasta fines del siglo pasado. No hablemos ya de muchas naciones europeas donde el villancico se ha vuelto una cosa erudita, remozada cada año con gran trabajo, sobre manuscritos nada dicen ya al pueblo. (Debe reconocerse que los ingleses, en cambio, fueron excepcionalmente hábiles en conservar y hacer cantar, como una suerte de rito pascual colectivo, sus “Christmas Carol´s). Lo raro es que ciertos países de nuestro continente, que recibieron el villancico de mano de los conquistadores y escucharon coplas de Juan del Encina en los tempranos días de la colonización, hayan perdido, de modo tan absoluto, la tradición de los aguinaldos y parrandas. Es inexplicable por ejemplo, que en un país como Cuba, tan rico en fuerzas creadoras de música popular, el villancico haya desaparecido totalmente, sin dejar rastro. Es probable que algún sacerdote músico haga cantar coplas pascuales en algún templo en la Habana o en alguna vieja iglesia colonial, en noche de Navidad. Pero no encuentra ecos realmente en la memoria del hombre de la calle, ni haya resonancia en el holgorio arrabalero de lechón asado y plátano verde. Y sin embargo, mis investigaciones realizadas en la catedral de Santiago, me pusieron sobre la pista de una serie de manuscritos maravillosos, de Villancicos compuestos, a mediados del siglo XVIII, por el maestro de la capilla de música que era criollo. Lo que demuestra que allí la tradición fue tan observada como en México o Venezuela. ¿ Por qué se perdió, entonces ¿ … ¿Y por qué se perdió en tantos otros países de nuestra América? …

En Venezuela, en cambio, el aguinaldo, la parranda, el villancico, son manifestaciones vivientes del regocijo popular en pascuas. Claro está que la admirable labor de recopilación y difusión del villancico venezolano por obra del maestro Vicente Emilio Sojo se es ajena a la pervivencia de la encantadora tradición. Pero hay un hecho cierto. Y es que, independientemente de conocimiento cabal del villancico y del aguinaldo a través de los cuadernos que debemos al fervor del insigne músico, basta que una voz se alce en cualquier parte del País, al son del:

-¡Tun, tun!

-¿Quién es?

-¡Gente de Paz!

Para que un furruco empiece a sonar no se sabe donde y en un coro salido del norte, sur, añada a compás, y en la melodía exacta:

-Ábrannos la puerta

Que ya es Navidad.

La conservación, anotación, difusión, de los aguinaldos, villancicos, y cantos pascuales, donde todavía perdura su tradición en América, es labor que incumbe a los músicos de nuestro continente- Labor en la que el maestro Sojo ha dado orientaciones y ejemplos fecundos. Aún los espíritus más irreligiosos conocen la emoción del canto pascual, que es una de las manifestaciones más auténticas y puras del alma popular (“Villancico” era, originalmente, “Villanela”, canción “a lo villano”, campestre, rústica).

Suerte tiene, pues, Venezuela, de conservar una tradición que le viene de muy lejos, y haber tenido músicos que a tiempo se aplicaron a anotar, armonizar, editar, lo que el debilitamiento de una tradición oral ha dejado de perderse, irremisiblemente, en otros países."

Diferentes imagenes de la celebración de los 68 años del maestro Sojo



Con amigos en su residencia


Bailando joropo con Guimar Narvaez Malavé,  hija del maestro Antonio Narvaez