martes, 7 de junio de 2011

El Barrio de la Trinidad

Transcribo para ustedes el texto que conseguí de José García De La Concha, en su libro "Reminiscencias", el cual amo con locura ... es uno de los texto, que no me canso de leer, una y otra vez, a pesar de sus hojas amarillas y el estado en que las huellas del  tiempo inexorable,  va dejando en cada una .. 

Sé que para los habitantes de La pastora y Altagracia, será un manjar ...


" Llegando a Caracas por el camino del cerro a la Puerta de Caracas, más debajo de los tanques de Catuche, en una jaula de hierro, se contemplaba la cabeza de José Félix Ribas, monumento que hace recordar que allí estuvo expuesta la auténtica para escarnio de los patriotas. Al frente del monumento existía una casa de corredor, o antiguo peaje. Bajábamos por anchurosa calle empedrada hasta la bifurcación: del lado derecho al boulevar Brasil, [sic] y del lado izquierdo, la ancha y soleada calle real de la Pastora. San Rafael, Medina, San Vicente y Torrero.

De Torrero se bajaba por una calle angosta y pendiente a Portillo. Esta esquina era muy interesante pues en tiempos de la Colonia, había sido como una especie de alcabala. Antes de la construcción del puente de Carlos III, se tomaba a la derecha el callejón del primitivo convento de la Merced (casa que conocí cuando vivía en ella mi recordado amigo Pancho Unda), para salir al Guanábano por lo que llamaban “ el desbarrancado”, y de allí a “La Caja de Agua” para seguir por la calle de El Comercio hasta San Pablo.

Al estar construido el puente antes nombrado, el camino era recto hasta La Trinidad. Esta fue la vía por donde condujeron hasta San Francisco los restos de “El Libertador”.
Esta era una de las zonas de Caracas más llenas de recuerdos de todos los tiempos de su existencia.

Casi todos los terrenos eran de propiedad de La Trinidad, unas de las iglesias de Caracas que sin ser parroquia, poseía más tierras, y que al convertirse en Panteón Nacional, desaparecieron como por encanto.

Pasando el Puente Carlos III, a mano izquierda, el filántropo Licenciado Agustín Aveledo fabricó un edificio, lo dotó de lo necesario y fundó un asilo de huérfanos. Loor a este gran caraqueño.

Contigua al Asilo, teníamos una casona sombría y de rara arquitectura que llamaban la casa de Boves. Allí vivió y allí se crió el estudiante Luís Correa.
A mano derecha, en una humilde casa vivía mi médico y amigo, doctor José Gregorio Hernández. Luego los jurados Blanco y después la preciosa quinta que le fabricó don Martín Sanabria a su esposa doña Ignacia Vollmer de Sanabria y conocida con el nombre de “La Villa Ignacia”. Esta “Villa Ignacia” tenía extenso terrero hasta la quebrada y en el existía un gran jardín de rosas, naranjos y cuyo portalón quedaba al lado del puente el Guanábano y adornado con unas bellas “trinitarias”. En todo el frente de este portalón desembocaba un callejón que daba acceso a la quinta Guzmán, y se decía que en la única casa existente por allí y de dos pisos, tenía el viejo Guzmán, don Antonio Locadio, su imprenta.
De la esquina de las Dos Pilitas hacia el norte quedaba la esquina “ El Solitario” y por allí se iba a la Sabana del Blanco, al Cementerio de los Hijos de Dios y a la Casa Madre. Entre las esquinas de El Solitario y La Casa Madre, se pensó y hasta se empezó a construir un terraplén.
Otra callejuela partía de Las Dos Pilitas llamadas La Jabonería. Pero la principal, ancha, empedrada, seguía hacía la Trinidad. A mano derecha una casa, llamada La Casa de los Ladrillos, con una gran arboleda, ocupando casi toda la manzana. Esta casona sirvió en un tiempo de cuartel, luego la adquirió doña María Francia de Palacios y la transformó en una bella residencia.
Del lado izquierdo, la bella casa-quinta Las Mercedes de doña Mercedes Palacios de Ochoa y donde nacieron y se criaron todos los Ochoa Palacio. Al lado la quinta habitada mucho tiempo por el general Ignacio Andrade. Continuaba callejón por medio, un vasto terreno vácuo con grandes muros antiguos, derruídos y negros musgosos que nos decían, habían sido del antiguo cuartel de La Trinidad derrumbado con el terremoto del año doce. Después seguía el actual cuartel, un cuadrilátero de cien metros por cada lado y situado de acuerdo con los Puntos Cardinales teniendo su entrada por el centro de su cara que mira al sur.
En el ángulo sur-este estaba emplazado un primitivo cañón que llamaban “La Cochina” y hasta le sacaban versos. Antes de ser “La Planicie” lugar militar, el cañonazo de Año nuevo lo daba “La Cochina”, atacada de pólvora, como también en algún caso extraordinario.
Se llegaba a la esquina de La Trinidad, (hoy de El Panteón). En el ángulo noreste estaba la casa donde habitó Humboldt en su estada en Caracas en 1800. Del lado norte de la plaza, alzaba sus dos torres góticas la capilla de la Santísima Trinidad, que Guzmán transformó en Panteón e hizo construir otra capilla, más pequeña, tres cuadras al sur-este. Este Panteón cuando yo lo conocí, estaba pintado de amarillo por fuera y blanco de cal por dentro, con pisos de ladrillos todo muy sencillo y limpio, único lujo, aparte de los cincos monumentos (el del Libertador en la nave central y a los lados los de Sucre y Miranda y del lado izquierdo los conmemorativos de la Federación y el de La Libertad de los Esclavos), era la gran araña de cristal de roca y de lado a lado dos preciosas luminarias, enormes, también de cristal de rocas y que hacían juego con la araña.
La Plaza bastante descuidada era el pastizal de burritos de los pacíficos vecinos que todavía se sentaban en sus sillas de cuero crudo en las puertas de sus casas.
Al este de la Plaza vivía el célebre pintor de flores Rivero Sanabria, quiero una lágrima para este gran artista, quién invalido por una parálisis, se hizo construir un caballete especial para desde su cama de enfermo poder pintar cuadros, que hoy valen una fortuna.

Fuente: José García de La Concha
“Reminiscencias” Caracas 1962/ Editora Grafos C.A.
Recuerdos de la caracas de 1900.

Monumento al General José Félix Ribas, Puerta de Caracas, Calle Real de La Pastora, Caracas (f. Archivo de la Fundación de la Memoria Urbana,)








Imagen agregada al Grupo Caracas en Retrospectiva




Las imagenes han sido tomadas de Viejas Fotos Actuales

5 comentarios:

  1. Excelente artículo de García de la Concha

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  2. twitter lfvillarroel10/23/2013 10:57 p. m.

    Me agrada mucho q aun existan personas q tengan interes por nuestro pasado vivir, la felicito y le aseguro q el abuelo lo apreciaria de estar vivo, gracias.


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    1. Gracias sus palabras me animan a seguir y me emocionan. Saludos

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  3. La tercera fotografía de abajo hacia arriba no es la trinidad! Es la basílica de táriba en Táchira a finales de los años 40. Saludos

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  4. Yo tengo el libro reminiscencias de garcia de la concha primera edicio 1962 quien lo quiera lo vendo.es espectacular...he vivido ya en la caracas de antaño gracias a este libro.

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