Me gusta el dominó, desde muy niña conocí el sonido de las piedras sobre la mesa, ya que donde vivía en la Esquina de Truco a Balconcito, había un estacionamiento ( aún funciona 2015 ) donde sus dueños españoles jugaban con los vecinos de la zona, especialmente mi tío Gioacchino, italiano, que conoce muy bien el arte de colocar las piedras. Luego siendo más grande aprendí a jugar viendo a los gallegos socios del club Agua Sal, y donde comencé con éxito mi participación en algunos torneos.
Espero sea de vuestro agrado la presente reseña:
¿JUGAMOS UNA PARTIDA DE DOMINÓ?
“En el juego de dominó gana el que se queda con menos tantos en la mano. Para decirlo en buen venezolano, cachicamo trabaja para lapa.
- ¿Cómo puede ser eso? – pregunta el profano, sin explicarse cómo una desventaja puede convertirse en ganancia.
- ¿cómo lo oye . Deje que sus contendores acumulen fichas y más fichas, pero, usted, si quiere ganar, despréndase de las suyas por todos los medios posibles.
- ¿Cuál es el secreto?
- Trancando a sus compañeros; o, so prefiere ahorcándolos.
- ¡Qué horror!- exclama el profano, que carece de semejantes instintos criminales.
- El dominó es el dominó. Claro que usted va a ahorcar a sus compañeros con fichas; no con un mecate.
¡NO SE ASUSTE COMPAÑERO,
QUE YO ESTOY TEMBLANDO!
Es preferible jugar dominó entre cuatro personas. Entre dos también se puede hacer; pero entonces el susto es mayor, a falta de un aliado, con quién compartirlo.
En dominó se combinan 28 fichas , con un total de 168 tantos o puntos, clasificados así: doble 6, 6-5,6-4,6-3,6-2,6-2, 6-1 y 6 blanco; doble 5, 5-4,5-3.5-2.5-1, y 5 blanco; doble 4, 4-3,4-2,4-1, y cuatro blanco; doble 3, 3-2, 3-1, y 3 blanco; doble 2, 2-1 y 2 blanco; doble 1 y uno blanco. La última ficha que aparentemente no vale nada, y que sin embargo, ha salvado muchas situaciones, es el doble blanco.
Después de decidir jugar entre cuatro, se voltean las fichas sobre la mesa. Después de revolverlas, cada quién coge las suyas. Le tocan siete a cada uno.
El jugador que en mano coloca la primera piedra ante los ojos pelados de sus compañeros. Ha llegado el momento de las adivinanzas.
PROHIBIDO HABLAR
Cuando se juega dominó queda estrictamente prohibido hablar y hacerse morisquetas entre los dos que forman un bando. No toque a su compañero con la punta del zapato, no rezongue por una mala jugada; no lo mire sonreído cuando acierte la colocación de las piedras.
- ¿A que de sebe esa prohibición?
El Dr. Manuel Felipe Núñez,**uno de los jugadores de dominó de la vieja guardia caraqueña, escribió en su libro “Dominó” que el juego fue inventado por un mudo.
-Como en boca cerrada no entran moscas, lo mejor es callarse, no vaya a ser cosa que sus contrincantes descubran las señas que usted ha convenido con su compañero.
A veces, sin embargo, usted no puede reprimir su emoción por una buena jugada y tiene que gritar, golpear la mesa, golpear el piso con el tacón. Y a usted no le importará que su compañero ponga la cara dura.
EL QUE ADIVINE BUEN ADIVINADOR SERÁ
Trancar, dominar y pasar son tres hechos con los cuales están familiarizados los jugadores del dominó.
Para trancar, el jugador colocará a ambos extremos las últimas fichas de un mismo tanto. Así imposibilita la continuación del juego. Pero, antes de practicar este cierre el jugador calculará los puntos de las fichas que queden sin poner en la mesa. Si está seguro de quedarse con menos puntos, entonces debe proceder.
Dominar es quedarse sin nada, colocar todas las piedras y limpiarse las manos, como Pilatos. Porque el que domina no tiene la culpa de que sus compañeros sean tan flojos.
-Paso- dirá usted cuando no tenga ficha con los palos que están a los extremos. Pero para usted. Porque el jugador que le sigue se descargará de una ficha más.
SECRETO DE ESTADO
El Dr. Núñez se ha dignado a revelar algunos secretos del juego del dominó.
- Se debe salir por el doble de las fichas que mas tenga el jugador – Afirma el Dr Núñez-, a menos que sean cinco de un palo con el doble, y en este caso saldrá con una de dos palos; pero siempre una de ella del que tenga las cinco. Ejemplo: Si usted tiene cinco doses con el doble y tres uno sin el doble, salga con el dos-uno y guarde el doble-dos hasta que tenga otra jugada. Pero, no tape. Acuéstese y su compañero se dará cuenta que usted salió con cinco doses[sic] y procurará darle entrada tan pronto cuando pueda.
- ¿Qué debe hacerse cuando salga el contrario de la izquierda, Dr. Núñez?
-Usted dará las fichas dobles, aunque tenga más de otro palo sin el doble. De lo contrario, al acostarse su contrario a la derecha, su compañero tendrá que dar ficha nueva y usted pasará un trago amargo.
-¿Cómo se localizan los dobles?
Es muy fácil dice el Dr. Núñez, por boca de la experiencia- Supongamos que usted sale con el doble seis, el de su derecha juega el seis – cinco y su compañero tapa el cinco. Con esta jugada ve usted que el doble cinco lo tienen sus contrarios. En la siguiente jugada, el contrarío de su derecha repite el cinco y su compañero lo tapa otra vez. En la tercera, como el cinco no ha pasado por el contrario de su izquierda, ni tampoco por usted, entonces el de su derecha si puede meter otro cinco. Si no lo mete es porque tiene el doble. Si vuelve a jugar el cinco, esto significa que el doble lo tiene el de la izquierda, Pués teniéndolo el de su derecha no debería haberlo repetido, por la sencilla razón de que por usted no pasó el cinco, y como ha salido, lo m más probable es que no lo haya jugado para no quedarse fallo. Por lo tanto, usted debe tener un cinco y se lo puede ahorcar.
-Siguen los crímenes – comenta el profano, aunque ya más calmado, - ¿Y, como es que se tranca?
- Para tirar una tranca deben adivinarse todas las fichas que faltan, cuántos tantos sumen y quién tiene posibilidades de tenerla. Por las jugadas que se hacen uno puede localizar la mayoría de las fichas, y la manera más práctica de saber los tantos que faltan por jugar es la siguiente: basta contar todos los tantos que hay jugados. Los que faltan para 168 son los que se llevan entre los cuatro jugadores.
Sobre las fichas mal puestas, el Dr. Núñez hace una advertencia. – Cuando sobre una ficha mal puesta se ha jugado dos o tres más, los contrarios del que puso la cabra son los que tienen derecho a decir si quieren que valga el juego o no. Puede ser que tengan buen juego y no ganar por culpa del que puso la cabra. Si ellos dicen que siga el juego, deben quitar la ficha mal colocada el que la puso y poner otra que case en su lugar. Si no la tiene el juego no puede continuar.
NADIE APRENDE POR CABEZA AJENA
La experiencia cuesta cara. Por eso, el que quiera conocer los mil y un trucos del dominó no debe ser tan optimista como para pensar que en un simple reportaje como éste van a aprender lo que solo es resultado de rabietas, dolores de cabeza, de desalientos. Pero, el dicho dice que la constancia vence.
-¿El último consejo, Dr. Núñez? Está bien- acepta el Dr. Núñez- No de las fichas de las que está dando el de su derecha, sino está colocado el doble y usted no lo tiene. Siempre pueda, dé la ficha de su compañero, si es mano, y no se acueste. Si tiene solamente una ficha que jugar y por los dos lados son las que han estado dando los contrarios, cuadre a la que está jugando el doble. Todas las veces que pueda, cuadre a las fichas que dé su compañero. No deje que su contrario de la derecha de dos veces la misma ficha, no le deje meter la tercera. Si su compañero es mano, no se encabece, si ve que por el otro lado le van a dar ficha dura, procure dar la primera ficha de las que tiene doble. El profano va a concertar una jugadita esta tarde. ¡Qué Dios lo saque con todo bien!
Sobre la mesa hay seis seis, apenas falta una piedra, el 3-6, para decidir la partida, cuadrando el ángulo sobre el cual se agita la mano del esperanzado jugador en un botiquín en Santa Rosalía. |
Fuente: Transcrito textualmente de la Revista Elite octubre 1951
Por CER
** Fundador del Centro Médico de Caracas.
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