La ingenuidad infantil del público caraqueño está patente en esta foto de admiradores de dos niñitas bailando el joropo con el que afirma un criollismo de Banda Marcial. |
Caracas, la antañona “Ciudad de los Techos Rojos”, es en nuestros días de “Skyserapers” y “roof gardens” una Cosmópolis ultramoderna apegada amorosamente a sus viejas tradiciones pueblerinas.
Muestrario de contrastes sorprendentes, en nuestra urbe capital coexisten hoy diversos períodos históricos de civilización y progreso cuyas estratificaciones se entremezclan en mosaico caprichoso para asombro de extraños y consuelo de quienes temen la desaparición absoluta de lo típico propio.
Ejemplo cabal de la lucha épica que sostienen en Caracas, lo viejo y lo nuevo es la Plaza Bolívar, baluarte heroico de la tradición romántica frente a la ofensiva arrolladora del maquinismo uniformista.
Por ironía del destino, esta obra progresista del gobernante urbanizador Guzmán Blanco resiste estoicamente a todas las transformaciones revolucionarios. Conservando incólume el espíritu del Septenio consagratorio, cuando Don Ramón de la Plaza predicaba las excelencias de la música como remedio para amasar a las fieras y cuando el Dr. Rojas paúl empezaba a conspirar contra el Ilustre Americano a la sombra de los apamates en flor…..
Fuente: Revista Elite
año 1947
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