domingo, 17 de abril de 2011

Tradición en Semana Santa /El Bienmesabe


Ninguna mujer en toda Caracas preparaba el bienmesabe como la negra Contemplación. Se decía que el suyo tenía cualidades casi mágicas. Que quien lo comía sentía que sus calamidades entraban en reposos y serenidades.


Su secreto no estaba en la receta, sino más bien en las horas. Lo preparaba en la madrugada, antes del cantar de los gallos, cuando los cocuyos eran los únicos despiertos, por estar dedicados al arte de amar.

Así, en el silencio de la noche, Contemplación se iba a la cocina, y a la luz de velas, y sin emitir sonido alguno, preparaba su dulce. Su bienmesabe era medicina para el alma. Tomaba tres cocos grandes, los partía y les sacaba la pulpa. Esto lo ponía en un cazo y le añadía dos tazas agua caliente. Con un mazo iba triturando la carne blanca. Entonces, lo pasaba por un paño, para extraerle la leche al coco. Le agregaba entonces dieciocho amarillos y un puntico de sal.

Luego, en una olla, juntaba tres tazas y media de azúcar con una taza de agua, y lo llevaba al fuego, fuerte, muy fuerte, sin revolver, hasta lograr un almíbar a punto de hilo. Luego retiraba la olla, del fuego, y le agregaba la mezcla de carne de coco y huevos, y lo batía hasta lograr una crema. Esto lo llevaba de nuevo al fuego, y lo iba revolviendo lentamente, muy lentamente, hasta llegar al hervor. Entonces lo retiraba de la candela y lo dejaba enfriar un poco. Tomaba entonces un bizcocho que siempre tenía en la alacena, y lo picaba en rebanadas finas. En una dulcera de cristal, colocaba las rebanadas y las bañaba con medio vaso de jerez dulce. A seguir, una capa de la crema. Y luego una generosa capa de un merengue preparado con tres claras de huevo, media taza de azúcar y una pizca de canela, batido todo esto a punto de nieve.

Para antes que cantara el gallo, Contemplación tenía listo el bienmesabe, que colocaba a buen resguardo en un lugar fresco, alejado de la tentación de las hormigas y de otros antojadizos. O mejor dicho, Contemplación preparaba cada madrugada tres bienmesabes: uno para llevar al Convento de San Jacinto, otro para dejar en la Plaza frente al portón de la Catedral para los mendigos, y un tercero para la merienda de la casa, de Doña Carlota y visitantes, si hubiere alguno, y para el servicio. El mismo bienmesabe, sin diferencias. Doña Carlota era muy estricta en dos cosas: en que todos somos igualmente hijos de Dios, y en aquello del compartir.

Extracto de “La Mantuana”, de Soledad Morillo - http://soledadmorillo.blogspot.com/



La receta...

Ingredientes:

8 yemas de huevo

1 ½ taza de azúcar

3 tazas de leche de coco

½ taza de vino Moscatel, Coñac o Jerez

Un bizcocho de 5 huevos

Preparación:

Con algunas diferencia del bienmesabe preparado por la negra Contemplación…

1.- Batir las yemas con el azúcar hasta que queden de un color pálido y cremoso.

2.- Calentar la leche de coco, sin dejar hervir, y añadir poco a poco a la mezcla de huevos y batir bien.

3.- Llevar de nuevo esta mezcla al fuego, hasta que espese, pero sin dejar hervir.

4.- Agregar el licor (Jerez, Coñac o Moscatel)

5.- Se pincha muchas veces el bizcocho con un cuchillo y se le agrega la crema de coco aun caliente, procurando que el bizcocho quede bien empapado.

6.- Para adornar, preparar un merengue con 2 claras de huevo y media taza de azúcar pulverizada. Si se desea se puede espolvorear un poquito de canela.

7 comentarios:

  1. muy bueno tendré en cuenta esta receta,gracias

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  2. Gracias María por esta receta de Bienmesabe

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  3. La foto que aparece allí es de J. J. Benzo quien por sus creencias teosóficas nunca firmaba sus fotos de Caracas y su gente. Fue el gran fotógrafo de Caracas entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. La gente reprodujo a placer sus fotografías y algunos se las auto adjudicaron. Su colección original la heredó su sobrino Antonio Alcántara, el gran pintor caraqueño, cuyo hijo me las donó para el disfrute de los venezolanos.

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  4. Hermosa historia, impactante...!!! La receta sin perdida alguna...!!!

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  5. Una vez en Viena me vendieron una simple torta de chocolate "Sacher" por cuatro euros, por que se trata de lo mejor de "tradicion pastelera europea". Seguro que el bienmesabe de esa negra sabia mejor, y sin tanta bomba como lo otros.... Bueno esta ese cuento para ponerlo en un panaderia, traer turistas austriacos y cobrarles bien cara la torta. Seguro la pagan...

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  6. Gracias Maria F. Sigilio, por difundir esas tradiciones de nuestro pueblo, Que cada año van desapareciendo. Y a traves de tu trabajo las nuevas generaciones, tendrán que investigar por que desaparecieron estas bellas y sabrosas costumbres.

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  7. Me encantan estas historias cotidianas de mi pais, como era la gente, como trabajaba tan duro por tan poco, asi ha sido mi mama, mujer campesina y sencilla, trabajadora y excelente cocinera, bella historia

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